Ayer, leyendo las revistitas promocionales que te dan en las cadenas de cines, descubrí que la película de los "Superagentes" ya no queda, desde el jueves, en ninguno de los Cinemark de Capital Federal. Y tampoco "Valentina". Debe ser inconcebible que un producto nacional pensado para vacaciones de invierno sólo se sostenga en cartel --en algunas cadenas, en otras con más salas sigue-- durante los tres primeros días de esas vacaciones. Supongo que, como decía en alguna entrada anterior y más allá de la fuerte competencia de los tanques de Hollywood, el fracaso del "cine industrial" argentino en esta temporada será un material para ser analizado.
El habitual comentario del El Club de los Columnistas suele ser el de bastardear el cine de autor nacional diciendo que no tiene público, y defender, con notoria condescencia y esperando los aplausos de los productores, este tipo de películas apoyándose en la idea de que "es lo que el público quiere ver", idea que jamás sostendrían en un análisis, digamos, de la programación televisiva. Hay que ver cómo explican este año el fracaso de casi todas ellas (salvo "HSM: El desafío", que parece haber soportado el temporal un poco mejor).
Se hablará del fenómeno de las cientos de salas que dan las películas de Hollywood y cómo eso afecta a la industria nacional. Y si bien esto es cierto --debería limitarse de algún modo la invasión de títulos-- tampoco hay dudas que tanto "The Dark Knight", "Wall-E" o hasta "Hancock" son preferibles a las ofertas nacionales de la temporada. Será hora de pensar en hacer, también, mejores películas, cuidar los productos, aggiornar las campañas publicitarias setentosas, escribir guiones. En resumen, entregar productos a la altura de lo que exige el mercado.
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