- No, me lo trajeron para la película. Mi hijo Nicolás, que tenía cuatro años en la época del rodaje, se ponía muy nervioso de verlo tan chiquitito al enano, porque veía que era un hombre y que era de su misma estatura. Cuando lo veía sentado, se le acercaba despacito, lo miraba como hipnotizado y le tiraba de las piernas, para ver si se estiraba. Cuando veía que no daba resultado le decía: “Tenés que comer”. Polvorita se moría de risa. Tengo una foto de los dos que es lindísima.
-Después de su primer encuentro con Mario, el Rulo, se ve a Charlie mirándose en el espejito de la bicicleta y diciendo “ O.K., baby ”, como Polín en Crónica de un niño solo .
- Porque a este tipo al que nunca se le ocurrió otra alegría que no fuera la bicicleta y que en la Municipalidad le dieran un traje de invierno y otro de verano, piensa: “Carajo, quiere decir que yo puedo ser ese tipo al que vi en el cine decir ´O.K., baby´”. ¿Cómo iba a dudar si el otro le decía que era igualito a Charles Bronson?
-Lo del traje de invierno y el de verano, ¿era toda una conquista para los empleados de la Municipalidad?
- Yo tenía un tío que se llamaba Tubalcaín que un día llegó contentísimo porque había conseguido trabajo en el correo, después de mucho luchar. “¿Sabe qué nos dan? Un traje de invierno y otro en verano”, me acuerdo que le dijo a mi abuelo. La alegría de ese hombre me quedó registrada para siempre.
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