5.6.08

El romance del Aniceto y la Francisca (1967)



"Cuando vos te enamorás no sabés de qué te enamorás. Te podés enamorar de un zapato, de un asesino, de Borges, de la mujer más bella del mundo, pero también de la más fea. Eso de que el amor es ciego es una de las pocas verdades que yo he oído en mi vida. Yo viví un romance prolongado con una chica que era un adoquín. Todos me decían: “¿Cómo carajo podés estar con alguien así?”. “Qué sé yo -les contestaba-. Estoy muerto con ella.” Era una piba muy graciosa, muy agradable, pero un verdadero adoquín, un zapato. Pero a mí me enamoraba. De allí puedo pasar al ser más intelectual del mundo, porque eso no tiene nada que ver con la piel y con el olor. Hay gente que calcula, pero yo no hago cálculos, no premedito. Esas cosas suceden."

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