26.6.08

Coppola termina pidiendo la hora


Hay partidos que se ganan con elegancia, con distancia, con garbo, como el que España le acaba de ganar a Rusia: un 3-0 incuestionable, que podía haber sido aún más abultado. Hay otros, como el de ayer entre Alemania y Turquía, que se ganan como "gesta heroica", embocando uno de esos esfuerzos desesperados de último minuto. Los argentinos recordamos bien la época bilardista en la que los partidos se ganaban 1-0, con el equipo metido atrás, haciendo cambios a último momento (siempre eligiendo sacar al jugador más alejado de la línea de cambio, el que caminaba hacia allí como un hombre condenado a muerte) y con todo el mundo cayéndose, demorando cada saque, cada pase, cada entrega.

Tengo la impresión --es más metáfora que otra cosa-- que Coppola está terminando su "Tetro" en Buenos Aires de la misma manera. Atosigado por supuestos escándalos, complicado con los pedidos de la Asociación de Actores, con rodajes suspendidos y continuados a escondidas. Imagino que a Woody Allen en Barcelona debe haberle pasado lo mismo: a las dos semanas de empezar a rodar quería volverse a Manhattan.

Aclaro que no estoy tomando partido por nadie acá. Desconozco los detalles de la discusión y he escuchado argumentos de ambos bandos. Sólo me resulta curioso imaginar cómo Coppola llegó a la Argentina creyendo encontrar el paraíso de los buenos precios, la buena comida, el buen vino y los buenos actores, y cómo, después de estar acá unos cuántos meses, se encontró con la realidad.

Dicen que a "Tetro" le falta sólo un día de rodaje. ¿Podrá terminarla?

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