El Complejo Teatral de Buenos Aires, el Goethe-Institut y la Fundación Cinemateca Argentina han organizado un ciclo denominado Integral Alexander Kluge: el padre del Nuevo Cine Alemán, que se llevará a cabo del martes 1º al domingo 27 de julio, en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Avenida Corrientes 1530). El ciclo estará integrado por material compilado por Edition Filmmuseum y presentará por primera vez en nuestro país la filmografía completa de un realizador que abordó los terrenos del corto y el largometraje, investigando durante la última década las posibilidades creativas del formato televisivo. Asimismo, se estrenará a nivel latinoamericano la muestra que Alexander Kluge preparó en 2007 para el Festival de Venecia cuando ambos, el evento y el realizador, cumplieron 75 años.
“Alexander Kluge (Halberstadt, 1932) llegó al cine de manera atípica. Previamente jurista y discípulo de Theodor Adorno, comenzó su carrera como asistente de Fritz Lang en sus últimos films, antes de ser redactor decisivo del Manifiesto de Oberhausen, punto de partida, hacia 1962, del Nuevo Cine Alemán.
Desde su primer largo, Adiós al ayer, hasta las cinco partes de su Programa Venecia 2007, Kluge ha trazado un complejo itinerario que requiere considerar en pie de igualdad con sus largometrajes su abundante producción de cortos iniciada con Brutalidad en piedra -que marca todo un eje de acción para su carrera- y sus programas de TV, que asumen formas insólitamente provocativas para el cine y la televisión habituales. Esta muestra incluye el trabajo completo de Kluge en ambos medios, en un arco de más de cuatro décadas, que acompaña tanto los cines de la modernidad como los modos de resistencia de un arte de la imagen electrónica en pleno imperio del mercado audiovisual.
Kluge es uno de los mayores maestros del montaje en el cine contemporáneo. Montaje en un sentido ampliado, no sólo como unión de planos. Construye extrañas piezas de bricolage y collage audiovisual, compuestas por fragmentos de escritura, representaciones y espectáculos varios, mezclas de lo “alto” y lo “bajo” de la cultura de varios siglos. No es ocioso recordar que fundó el departamento de cine en la célebre escuela de Diseño de Ulm: sus obras pueden ser vistas como objetos perturbadores, pesadilla y revelación a la vez, orientados a una función que atañe a la experiencia estética tanto como a la reflexión ética y política. Trabajan a partir de lo heterogéneo, la discordancia, y de allí extraen su poder.
Evitando convertirse en un autor al modo romántico, Kluge movilizó iniciativas grupales para la producción audiovisual frente a lo que muy temprano denominó como “cine de confección”: ideó formas de distribución, organizó asociaciones de productores y fue el principal artífice de una alianza entre cine y TV sin paralelos en la historia mediática global. Desde sus inicios, los trabajos en colaboración (con Peter Schamoni, Edgar Reitz, Volker Schlondorff, entre otros) insisten en una producción que pugna por ampliar el círculo de realizadores y espectadores, aún sabiendo que es tarea ardua, en propuestas sin concesiones.
La intransigencia se une en Kluge a la fundamentación obsesiva, acompañando la creación con su defensa activa en escritos e intervenciones públicas. Con los años, puede observarse cómo su radicalidad ha ido afirmándose -inevitable compararlo con un Godard- en la postulación del cine como arte del siglo veinte. Hay también en sus obras una rara y eficaz pulsión narrativa. Del análisis o la reflexión salta al relato más desaforado, conectando siempre de modo cuántico sus materiales para provocar algún chispazo o relámpago, alguna iluminación siempre inesperada para el espectador. Donde parece progresar el absurdo acecha el sentido oculto, donde todo parece tener sentido, el caos demuestra su fuerza primordial. Artífice de las citas -los mismos títulos de sus films dan fe de ello- de un modo que evoca a Walter Benjamin, Kluge condensa oscuras y persistentes parábolas signadas por el largo duelo nacido de una lucidez obstinada, matizado por un humor siempre enrarecido, y sacude al espectador los hábitos de su posición convencional, haciendo del shock un correlato de la aparición de esas ideas que sólo cobran forma mediante el cine.” Eduardo A. Russo
Esta primera parte de Integral Alexander Kluge presenta todos los cortos y largometrajes realizados por Alexander Kluge desde 1961 hasta 1976.
Precio de las localidades en la Sala Leopoldo Lugones $ 7.- Estudiantes y jubilados $ 4.-
“Alexander Kluge (Halberstadt, 1932) llegó al cine de manera atípica. Previamente jurista y discípulo de Theodor Adorno, comenzó su carrera como asistente de Fritz Lang en sus últimos films, antes de ser redactor decisivo del Manifiesto de Oberhausen, punto de partida, hacia 1962, del Nuevo Cine Alemán.
Desde su primer largo, Adiós al ayer, hasta las cinco partes de su Programa Venecia 2007, Kluge ha trazado un complejo itinerario que requiere considerar en pie de igualdad con sus largometrajes su abundante producción de cortos iniciada con Brutalidad en piedra -que marca todo un eje de acción para su carrera- y sus programas de TV, que asumen formas insólitamente provocativas para el cine y la televisión habituales. Esta muestra incluye el trabajo completo de Kluge en ambos medios, en un arco de más de cuatro décadas, que acompaña tanto los cines de la modernidad como los modos de resistencia de un arte de la imagen electrónica en pleno imperio del mercado audiovisual.
Kluge es uno de los mayores maestros del montaje en el cine contemporáneo. Montaje en un sentido ampliado, no sólo como unión de planos. Construye extrañas piezas de bricolage y collage audiovisual, compuestas por fragmentos de escritura, representaciones y espectáculos varios, mezclas de lo “alto” y lo “bajo” de la cultura de varios siglos. No es ocioso recordar que fundó el departamento de cine en la célebre escuela de Diseño de Ulm: sus obras pueden ser vistas como objetos perturbadores, pesadilla y revelación a la vez, orientados a una función que atañe a la experiencia estética tanto como a la reflexión ética y política. Trabajan a partir de lo heterogéneo, la discordancia, y de allí extraen su poder.
Evitando convertirse en un autor al modo romántico, Kluge movilizó iniciativas grupales para la producción audiovisual frente a lo que muy temprano denominó como “cine de confección”: ideó formas de distribución, organizó asociaciones de productores y fue el principal artífice de una alianza entre cine y TV sin paralelos en la historia mediática global. Desde sus inicios, los trabajos en colaboración (con Peter Schamoni, Edgar Reitz, Volker Schlondorff, entre otros) insisten en una producción que pugna por ampliar el círculo de realizadores y espectadores, aún sabiendo que es tarea ardua, en propuestas sin concesiones.
La intransigencia se une en Kluge a la fundamentación obsesiva, acompañando la creación con su defensa activa en escritos e intervenciones públicas. Con los años, puede observarse cómo su radicalidad ha ido afirmándose -inevitable compararlo con un Godard- en la postulación del cine como arte del siglo veinte. Hay también en sus obras una rara y eficaz pulsión narrativa. Del análisis o la reflexión salta al relato más desaforado, conectando siempre de modo cuántico sus materiales para provocar algún chispazo o relámpago, alguna iluminación siempre inesperada para el espectador. Donde parece progresar el absurdo acecha el sentido oculto, donde todo parece tener sentido, el caos demuestra su fuerza primordial. Artífice de las citas -los mismos títulos de sus films dan fe de ello- de un modo que evoca a Walter Benjamin, Kluge condensa oscuras y persistentes parábolas signadas por el largo duelo nacido de una lucidez obstinada, matizado por un humor siempre enrarecido, y sacude al espectador los hábitos de su posición convencional, haciendo del shock un correlato de la aparición de esas ideas que sólo cobran forma mediante el cine.” Eduardo A. Russo
Esta primera parte de Integral Alexander Kluge presenta todos los cortos y largometrajes realizados por Alexander Kluge desde 1961 hasta 1976.
Precio de las localidades en la Sala Leopoldo Lugones $ 7.- Estudiantes y jubilados $ 4.-
Venta de entradas y programación del Complejo Teatral de Buenos Aires: http://www.teatrosanmartin.com.ar/
3 comentarios:
No puedo creer lo caro que son las localidades en la Leopoldo Lugones. Soy argentino, pero estoy radicado en Uruguay hace años. Aqui con solo ciento cuarenta pesos uruguayos -unos veinte pesos argentinos- tengo acceso a cien peliculas mensuales. Es ridicula la diferencia. Kluge llega el mes que viene aqui. Ver cada pelicula me va a salir algo asi como diez centavos argentinos. Sinceramente no entiendo.
Si lo comparas con los precios de la Cinemateca, obvio que es caro. Pero comparado con los 20 pesos que sale una entrada en los cines normales, es barata la Lugones.
Aca tambien salen 20 pesos las entradas al cine comercial. Por eso no entiendo lo de la Lugones.
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