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Por Sandra Commisso
Filmada a pulmón, con una producción modestísima y casi sin que nadie se enterara, la nueva película de Adrián Caetano, Francia, acaba de ser elegida para participar de la sección Venice Days del próximo Festival de Venecia, en septiembre. En el filme actúan Natalia Oreiro, Lautaro Delgado, Mónica Ayos y Mex Urtizberea, entre otros. Además de Milagros Caetano, la hija de 12 años del director, en su debut como actriz.
"Hace años que hay una idea que me da vueltas en la cabeza y no me había largado a escribirla", dice Caetano. En la trama, una pareja de clase media con una hija decide separarse, pero por razones económicas, se ven obligados a convivir en la misma casa. Caetano afirma que esta película marca un giro en su carrera y en su estética habitual (Pizza, birra, faso, Un oso rojo, Crónica de una fuga, entre otras). "Tiene un tono realista, con algo de humor, muy distinto a todo lo que hice hasta ahora. Yo diría que esta es una historia costumbrista, que muestra cómo es la vida hoy para una familia de clase media, trabajadora. Y también indaga sobre los afectos en ese ámbito".
Filmada en video y con un presupuesto mínimo, Caetano está sorprendido por la convocatoria para Venecia. "Es una película pequeña, la filmamos entre diciembre del año pasado y febrero de este año, con el aliento de mucha gente amiga, con gran pasión y escaso apoyo del Instituto de Cine. Quise obviar cierta burocracia y seguir filmando a pesar de todo, porque además, yo dependo de esto para vivir y no quería quedarme parado. Creo que esta participación en Venecia puede ser un gran empujón", asegura el director.
La satisfacción, entonces, es doble por el esfuerzo volcado en contar esta historia pequeña y de gran actualidad y que llamó la atención de los organizadores de uno de los festivales más importantes del mundo.
El mundo de las comunicaciones virtuales también aparece en foco, dentro y alrededor de ese entorno familiar en conflicto que conforman Cristina (Oreiro), Carlos (Delgado) y Mariana (Milagros Caetano). "Hoy pareciera que todo el mundo está super conectado y comunicado con los demás, y pasa todo lo contrario: los afectos están reprimidos", reflexiona el director.
Los personajes delineados para Francia son, según Caetano, gente tratando de sobrevivir. "Ellos no acuden a la asistencia pública, no son marginales ni parias. Siguen intentando trabajar, de rebuscárselas. Y como los otros personajes de todas mis películas, tienen mucha dignidad. Ellos tuvieron sueños que no pudieron cumplir. Pero así y todo, siguen adelante".
Por eso, Francia, el nombre del país con el que Caetano bautizó su nuevo trabajo, es el símbolo del lugar al que, probablemente, nunca lleguen los protagonistas. "Ellos están ubicados en un lugar y un espacio del que tal vez nunca puedan salir. Francia es el sueño que permanece ahí, pero no se puede cumplir".
Con la presencia del filme en Venecia, Caetano confía en que la película se pueda estrenar en octubre en la Argentina.
"Hace años que hay una idea que me da vueltas en la cabeza y no me había largado a escribirla", dice Caetano. En la trama, una pareja de clase media con una hija decide separarse, pero por razones económicas, se ven obligados a convivir en la misma casa. Caetano afirma que esta película marca un giro en su carrera y en su estética habitual (Pizza, birra, faso, Un oso rojo, Crónica de una fuga, entre otras). "Tiene un tono realista, con algo de humor, muy distinto a todo lo que hice hasta ahora. Yo diría que esta es una historia costumbrista, que muestra cómo es la vida hoy para una familia de clase media, trabajadora. Y también indaga sobre los afectos en ese ámbito".
Filmada en video y con un presupuesto mínimo, Caetano está sorprendido por la convocatoria para Venecia. "Es una película pequeña, la filmamos entre diciembre del año pasado y febrero de este año, con el aliento de mucha gente amiga, con gran pasión y escaso apoyo del Instituto de Cine. Quise obviar cierta burocracia y seguir filmando a pesar de todo, porque además, yo dependo de esto para vivir y no quería quedarme parado. Creo que esta participación en Venecia puede ser un gran empujón", asegura el director.
La satisfacción, entonces, es doble por el esfuerzo volcado en contar esta historia pequeña y de gran actualidad y que llamó la atención de los organizadores de uno de los festivales más importantes del mundo.
El mundo de las comunicaciones virtuales también aparece en foco, dentro y alrededor de ese entorno familiar en conflicto que conforman Cristina (Oreiro), Carlos (Delgado) y Mariana (Milagros Caetano). "Hoy pareciera que todo el mundo está super conectado y comunicado con los demás, y pasa todo lo contrario: los afectos están reprimidos", reflexiona el director.
Los personajes delineados para Francia son, según Caetano, gente tratando de sobrevivir. "Ellos no acuden a la asistencia pública, no son marginales ni parias. Siguen intentando trabajar, de rebuscárselas. Y como los otros personajes de todas mis películas, tienen mucha dignidad. Ellos tuvieron sueños que no pudieron cumplir. Pero así y todo, siguen adelante".
Por eso, Francia, el nombre del país con el que Caetano bautizó su nuevo trabajo, es el símbolo del lugar al que, probablemente, nunca lleguen los protagonistas. "Ellos están ubicados en un lugar y un espacio del que tal vez nunca puedan salir. Francia es el sueño que permanece ahí, pero no se puede cumplir".
Con la presencia del filme en Venecia, Caetano confía en que la película se pueda estrenar en octubre en la Argentina.
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