Así titula la revista "Esquire" una larga nota sobre la vida privada, previa a su consagración como cineasta, de Paul Thomas Anderson, en la que se revelan algunas anécdotas "oscuras" de su pasado. No es demasiado importante, pero si curioso. Como dato personal, puedo decir que un conocido mío fue "roomate" de PTA y tampoco tiene grandes cosas para decir del director de "Magnolia"... No por esas anécdotas, claro, dejará de interesarme como cineasta. ¿O se imaginaban que un tipo interesado en personajes como los de "Punch-Drunk Love" y "There Will Be Blood" iba a ser un tipo tranquilo, amable y mesurado?
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