26.6.09

Recordando a "Maicol" Jackson



Para los que crecimos en los 80 ayer fue un golpe doble bastante pesado, de esos que disparan recuerdos que uno creía olvidados. En realidad, recordar a Farrah Fawcett y a Michael Jackson --en sus épocas de gloria-- fue, al menos para mí, transportarme mentalmente a un momento en mi vida que parece haber quedado muy lejos.

En el caso de Farrah, a fines de los '70, a mi fascinación infantil por "Los ángeles de Charlie", a la decepción de saber que ya no estaba más en la serie (¿qué es de la vida de Cheryl Ladd, su reemplazante?) y, acaso, a un primer testimonio de despertar sexual. Pero más que eso, su muerte me trajo a la memoria lugares --colores, imágenes, olores-- que tenía algo olvidados. La habitación de mi casa entonces, cómo era mi televisión de entonces, aquel colegio, los compañeros de la primaria. Muy poco que ver con Farrah todo, pero ese es el punto.

Lo de Jackson es más abarcativo, claro. Primero porque su carrera e influencia es muchísimo mayor. Segundo, porque se extiende más en el tiempo. Y tercero, porque no sirve sólo como el disparador de recuerdos de una época, sino que su trabajo es parte importante de lo que uno recuerda.

Es que "Thriller" fue, seguramente, uno de los discos que marcaron mi iniciación al mundo de la música de una manera bastante más seria que hasta entonces. Yo tenía 14 años y estaba en pleno proceso de investigación musical. Gracias a "Thriller" y, especialmente, a "Purple Rain", de Prince, un tiempo después, la música negra --soul, r&b, funk, después el hip hop-- se irían a convertir en algo permanente y persistente en mi vida. Soy una clara "víctima" de ese crossover entre música blanca y negra que MJ inició, lo mismo que un adicto a los videoclips, adicción que comenzó ahí y que nunca terminó de curarse del todo.

Aquellos videos de Jackson en el programa que conducía Domingo Di Núbila "("El show de Maicol Jackson", como lo pronunciaba él) eran pequeños trips. Ni hablar del archicomentado "Thriller" (busquen la letra, ahora si que se volvió creepy y premonitoria, como si fuera el discurso interior de MJ en los momentos previos a su muerte), sino los de "Billie Jean" (fascinante musicalmente, en ese momento no tenía idea de qué hablaba la canción) y "Beat It"; luego su dúo con Paul McCartney; la cantidad de veces que vi "We Are the World" tratando de descifrar quien era cada uno (me parece tan obvio ahora) o el famoso video de Scorsese para "Bad". Y así, al punto que sin darme cuenta, sus canciones estuvieron siempre ahí. De hecho, recuerdo haber comprado a mediados de los '90 un disco doble con sus éxitos y, para mi sorpresa, darme cuenta que conocía de memoria cada acorde de cada canción... algo que ya no me sucede más con casi nada.

No tiene sentido aquí, y menos para mí, hacer un racconto del valor que tiene Jackson musicalmente. Eso quedará para cada uno. Entiendo que haya muchos a los que no les interese nada musicalmente, que desprecien su influencia en incontables "boy bands" y estrellitas pop con bailarines y coreografías a los costados; muchos a los que les resulta gracioso todo esto, que lo ven como el personaje ridículo en el que se convirtió y, más que nada, entiendo a los que todos sus logros musicales les resultan intrascendentes en relación a las acusaciones que se hicieron sobre su vida privada, sean ciertas o no.

Esta mañana, repasando sus videos por YouTube o escuchando un par de discos mientras escribo, no me queda duda que era uno de esos tipos multitalentosos de los que salen pocos y cada tanto, que desde los Jackson 5 hasta "Dangerous" (casi 25 años...) hizo infinidad de grandes canciones --las cantó, las bailó, las compuso en muchos casos-- y sólo con verlo y escucharlo sin pensar por un segundo en todo lo demás (como pasa en el documental "Tyson", de James Toback) eso queda en evidencia.

Su muerte a los 50, especialmente la suya (tomando en cuenta que parecía no querer envejecer nunca), termina rebotando en nuestra propia edad, en nuestros propios recuerdos y llevándonos a nuestra infancia y adolescencia, seguramente más abierta y menos prejuiciosa que lo que somos ahora. Bajen "Off the Wall" por ahí --está en todos lados-- o, si prefieren, un "Grandes Exitos". El soundtrack de la adolescencia de muchos está dando vueltas a través de esas canciones.

2 comentarios:

Caro dijo...

Hermoso tributo, Diego. Muchas gracias.

Anónimo dijo...

pareces mi viejo recordando.
para mi, hay un pedófilo menos en el mundo.