Diario de BAFICI (Parte 4)

Dos días más de BAFICI, algo menos intensos cinematográficamente porque tuve que cortar el día para ir al diario y porque después de una maratón de 15 películas en los primeros tres días me di cuenta que estaba exagerando un poco. Así que tengo sólo seis títulos para agregar: dos del domingo, tres de ayer y una que me había quedado pendiente.

LA MADRE, de Gustavo Fontán. "Una mujer de 45 años y su hijo de 18. Un padre ausente, buscado por ambos. Ella es alcohólica, depresiva, y es un verdadero problema tanto para ella como para su hijo, que ahora está en pareja pero no puede dejarla sola casi nunca. Fontán cuenta esta historia de una forma no tradicional, apelando a la contemplación del espacio y de los cuerpos de los protagonistas, con muy pocos diálogos y apelando a textos en off, narrando de forma circular, impresionista, vaga. Visualmente es una película muy bella y cuidada, especialmente en las escenas de exteriores y en los planos detalle. Los textos, sin embargo, resultan algo forzados y monótonos, haciendo extrañar los silencios de su anterior El árbol. " (Clarín)

COCINA, de Gonzalo Castro. "El segundo filme de Castro (Resfriada) se centra en Marcia Krygier, cocinera y arquitecta (además de cantante y hermana de Axel Krygier, algo que en el filme nunca se dice), y la sigue a lo largo de las preparaciones de platos y en conversaciones con amigos y alumnos de sus clases. Muy cuidada y fluída visualmente, el interés de la película (¿documental?) está en sus diálogos y en las observaciones que realizan Marcia y sus interlocutores. Ese interés, claro, crece y decrece según el diálogo. Por momentos uno se adentra en interesantes debates sobre preparaciones de postres o exámenes de arquitectura. Por otros, uno tiene la sensación de estar viendo una versión arty del canal Gourmet." (Clarín)

NUNCA ESTUVISTE TAN ADORABLE, de Mausi Martínez. Al no estar en ninguna competencia, escribiré más en detalle en el momento de su estreno. Por ahora me deja una sensación rara: la de intentar una búsqueda de transponer un lenguaje teatral a una cinematográfico de una obra que tenía, en sí, una estética de cine (al menos de los melodramas de los 50 y 60), y la de que el resultado no sea ni una cosa ni la otra, un extraño y curioso híbrido de estilos.

180°, de Raúl Perrone. De vuelta, al no estar en competencia, prefiero dejar su análisis detallado para otro momento. La película, en principio, puede ser atrapante un momento e irritante el siguiente, intensa y repetitiva, despareja y brillante: auténticamente "perronista".

MES PETITES AMOREUSES, de Jean Eustache (FOTO). Quedará entre lo mejor del festival, sin dudas. A mitad de camino entre Truffaut y Pialat, esta crónica de la pérdida de la inocencia de un chico que pasa del campo a la ciudad, de la primaria al ámbito laboral, de vivir con una abuela de cuento de hadas a mudarse con una muy extraña madre, es honesta, tocante, lírica, divertida, emocionante, humana y cinematográficamente bellísima. ¿Cuántas películas se hacen hoy así, simplemente hermosas?

GIGANTIC, de Matt Aselton. ¿Conocen ese juego de intentar armar una frase o un cuento con cinco o diez elementos completamente diferentes entre sí y que no pertenecen al mismo mundo? Bueno, uno puede imaginar que el director y guionista de esta película tuvo que responder a la siguiente apuesta: ¿a que no hacés una película que incluya vendedores de colchones suecos, adopciones de bebés chinos, chefs franceses, homeless asesinos, masajeadoras de penes, obesos con costumbres extravagantes, un laboratorio para experimentar con ratas y una familia de cazadores que hablan japonés? Y sí, el tipo la hizo. Y por momentos es divertida y por otros... es cualquiera. Sí, tiene música de Animal Collective y Paul Dano es igualito a Messi. Por lo demás, es como el hermano medio bobo de "Punch Drunk Love", de P.T. Anderson.