16.11.08

Diario de Mar del Plata - Parte 4


No creo que tenga demasiado sentido que analice los premios del Festival de Mar del Plata. Vi muy pocas de las películas en competencia y además creo que los premios en eventos como éste tienen muy poca importancia. La única reflexión que me despierta el triunfo de la película de Hirokazu Kore-eda tiene que ver con una cuestión de reglamentación. Desde hace años que Mar del Plata, más allá de ser un festival de Clase A, asumió que podía dar películas que se hubieran pasado en otros festivales de ese tipo. Pero, nunca una de competencia. "Still Walking" es una película que estuvo en la Competencia Oficial de San Sebastián y ahí sí que me parece una exageración.

La reglamentación previa --que los filmes sean casi estrenos mundiales, ya que Mar del Plata era festival de Clase A-- era absurda ya que sólo le permitía al festival programar rechazos y sobrantes de otros festivales. La posibilidad de poner películas "probadas" le permite mejorar el nivel. Pero programar una película de competencia de un festival Clase A en otro de Clase A ya es como mucho...

De cualquier manera, me alegra que dos de mis realizadores asiáticos favoritos como son Kore-eda y Kiyoshi Kurosawa hayan sido los grandes ganadores de esta edición del festival. Si de todo lo que pasó aquí la gente recuerda eso, por lo menos se quedará con una buena impresión de todo el asunto.

Tras conocer los premios decidí terminar con mi breve visita a la ciudad con una elección extraña. En vez de ir a ver "Ashes of Time Redux" --lo dije alguna vez, me da infinita pereza la idea-- me fui a ver un concierto organizado en el marco del festival por la Orquesta Sinfónica de Berlín y la experiencia estuvo buena, original, diferente. Brahms, Mozart, Beethoven, etc, fueron un cambio bienvenido.

El regreso al cine fue feliz y fue con "Le dernier maquis", la película del franco argelino Rabah Ameur-Zaimeche, de quien ya había visto (y disfrutado) su anterior "Bled Number One". Esta película, que pasó por la Quincena de Realizadores de Cannes, trabaja una temática similar, que tiene que ver con la relación de las tradiciones religiosas musulmanas con la actualidad. En este caso es los conflictos que se producen en una fábrica francesa entre trabajadores de origen africano a partir de situaciones en donde lo económico, lo social, lo racial y lo religioso se mezclan.

Sin "cargar las tintas", con espacio para el humor y la disgresión absurda (la secuencia de la rata gigante es un hallazgo), Zaimeche logra otra pequeña gran descripción de un universo en conflicto entre valores religiosos y otros mucho más terrenales y evidentes.

Antes de partir al cierre vi, con un poco de cansancio, "El silencio del mar", filme de la retrospectiva de Jean-Pierre Melville, uno de los que jamás había visto. Necesitaría analizarla con más tiempo y contexto, pero mi primera impresión no estuvo a la altura de las expectativas. Me pareció demasiado literaria, hasta teatral, con muchos rastros de la adaptacion y sin las virtudes cinematográficas que uno espera de las películas de Melville. Pero no quiero dar una palabra definitiva sobre el filme, menos tras haberlo visto con enorme cansancio.

Lo que sí me parece un problema de forma de este festival, y que tampoco me permite ser terminante, para bien o para mal, con algunas películas, es el hecho de que muchas de ellas se estén mostrando en un formato que no es el definitivo. El "beta" o lo que sea en el que proyectaron filmes como los de Varda, Naderi y Zaimeche no representan la imagen final que uno debería tener de esas películas. Y la obligación de un festival debería ser aclarar que las películas se pasan en formatos que no son los finales o definitivos que tienen. Casi como los estrenos en DVD, te permiten darte una idea de lo que ves, pero no es la película tal y como fue concebida.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Diego,
El silencio del mar la vi en la Lugones hace más de diez años. La recuerdo como una obra maestra absoluta. Una de las mejores utilizaciones de la voz en off (en realidad, hasta HE, la mejor, para mí gusto) de la historia y una película de una incorrección política muy moderna.
Abrazo.

stf dijo...

La de Naderi, si no me equivoco, me comentaron que en Venecia también se pasó en ¿beta?

Peacock dijo...

Nunca supe bien a que se llama dar algo en "Beta". No es el sistema Betamax de los VHS, creo que es un sistema de video profesional, pero me parece que ya no se usa. Tal vez se da en DVD, pero en pantalla grande, y se ve muy pobremente... No creo que Venecia acepte películas con esa mala calidad de imagen. La de Zaimeche, Dernier maquis, se vio igual...

Peacock dijo...

Es probable, Juan, lo que decís de la de Melville. Por eso abrí hablando de un cansancio previo (esto es traducible como "dormité en un par de escenas"). Lo de la voz en off y los personajes que no hablan me hicieron acordar a Llinás también, pero debo admitir que los largos textos del alemán en la casa me parecieron algo excesivos y el encierro se me hizo demasiado denso. Y, tambien, reconozco que el género "nazis (cultos) con culpa" me genera mínimo interés.

Anónimo dijo...

¿No será el Beta de Betacam? Que vendria a ser la mejor calidad en video, al menos hasta antes de las cosas de alta definicion nuevas, no sé ahora.
Ah, ¿y qué es HE, que menciona Villegas? (No reconocer qué es HE es perderse una obra maestra quizá desconocida, que mala costumbre la de poner siglas che.)

Anónimo dijo...

Historias Extraordinarias.

Peacock dijo...

El Beta es de Betacam, obvio. Pero creo que ahora lo que pasan es un DVD ampliado...

Anónimo dijo...

En el Bafici se han hecho proyecciones en Betacam. El problema de ese formato es que no está pensado para proyecciones. De hecho, no existen Betacam de más de 90 minutos de duración. Proyectar en DVD es malo, siempre. Existen otros formatos mejores y accesibles económicamente, como por ejemplo el DVcam (HE - ya saben qué es-) en el Malba y el Villa Uquiza.