30.11.08

Diario de Tallin - Parte 2


Por Eduardo Flores Lescano

Pen-ek Ratanaruang me había contado que en los baños públicos de Amsterdam había una mosca en el mingitorio, a la cual le apuntabas, y a la cual, claro, no podías mover. En los baños públicos de Tallinn tambien las hay, aunque están un poco más al medio. Son como la mancha esa que uno quiere sacar a toda costa del bar (del mingitorio del baño del bar) al que uno va siempre, pero se da cuenta de que no lo va a lograr.

También me había contado que este lugar esta lleno de finlandeses, es cierto, y no sólo pude comprobar eso, sino tambien que chupan que da calambre, es decir, beben mucho. A cualquier hora, lo que sea que les pongan enfrente. Pude confirmarlo. Cuando volví al hotel luego de la fiesta de apertura, y como aquí no se puede fumar en nigun lado excepto en la vereda, con casi medio metro de nieve, y como el bar del hotel estaba cerrado, le pregunté, desoyendo el consejo de Anthony Bourdain de NUNCA preguntar a un conserje de hotel donde hay un buen bar, eso, "¿donde hay un bar?". No me tomen por borracho, era la 1 de la mañana. Me dijo, muy amable, el "clerk", que al frente había un bar muy lindo, con música "para todos" (sea eso lo que sea) de nombre AMIGO.

"Bar Amigo" se llamaba el lugar, y estaba sólo a metros de mi hotel, cruzando la calle, pero, oh, debí sospecharlo, estaba dentro de otro hotel. Fue como entrar de repente a Texas, al peor bar de Texas. Gente mayor dormida en los reservados, mujeres pintarrajeadas sentadas en altos bancos, tipos gritando en idiomas incomprensibles, todos bebiendo, mirando con la mirada perdida esos enormes vasos de 600ml de SOKU (cerveza típica de Tallinn).

Como no pensaba quedarme mucho tiempo allí, solo lo que durase un cigarrillo, pedí un vaso chico de Soku, para probarla, el tipo me miró, asintió, y por lo bajo dijo algo asi, en inglés: "measure for pussy..." no logré escucharlo con claridad pero sé que dijo eso, y lo confirmé cuando volvió con "EL GRANDE" (en español en el original) y me pidio las 60 coronas. Yo le dije, no, quiero el de 45, el vaso más chico, y el sujeto, agil engañagiles, corrió hasta la máquina expendedora y me dijo algo como: "no la puedo volver a meter ahi..." Como yo estaba recién llegado, y de conflictos estoy algo harto, solo me limité a hacer un chiste: "Te pago 45, tomo 3/4 partes de EL GRANDE y vos haces lo que quieras con el resto". El tipo no era amable, y no respondió, se alejó por la barra a atender a la parva de borrachos que se apilaban allí y me dejó solo con mi gran vaso.

Sali para el deck, cubierto de nieve pero con calefacción y un cómodo banco de plaza para sentarme. Encendí un cigarrillo y al hacerlo vi con el rabillo del ojo a un tipo con una remera de "Harry el Sucio" intentar prender el suyo, sin lograrlo. Estúpido de mi, le ofrecí fuego. Las circunstancias: el sujeto tenía una gorra que decia R, una barba larga como la de Marx, y no podía prender el cigarrillo no porque el encendedor no anduviera, sino porque hacerlo era como si intentara meter la llave en la cerradura a las 6 de la mañana completamente borracho, y él lo estaba. Se sentó a mi lado, elogié su remera, me agradeció, e intempestivamente se paró frente a mí y babeando, me dijo: "Say it punk, do you feel lucky today?"

Afortunadamente, se sentó de inmediato y vinieron las preguntas, que argentino, que invitado al POFF (www.poff.ee) etc, el tipo no cazó un fulbo, porque empezó a hablar de quien es, para él, el mejor futbolista de todos los tiempos y que ahora juega en Alemania: (Franck) Ribery. El jugador, se sabe, es de origen francés y si no me equivoco, integró el equipo que salió campeón en el 98.

Luego de una charla inequívocamente escrita por Jarmusch (recordar "Ghost Dog: El camino del Samurai") aceleré el trago y decidí irme, cuando noté que mi interlocutor estaba a punto de desmayarse y una mujer salió corriendo del establecimiento con una rosa en la mano y le pidió que se marchara con más enfasis de lo normal. ¿Por qué? Detrás de ella salieron corriendo uno, dos, tres, cuatro, y luego varios tipos más, con vasos en la mano, gritando, puteando (creo), revoleando vasos de EL GRANDE a un supuesto oponente que resultaron ser ellos mismos.

Uno de ellos se sacó la remera, otro lo agarraba, después salieron "las chicas" a detener la pelea, etc, lo de siempre, la estúpida pelea que veía en Salta a la salida del "boliche" a las 5 de la matina cuando era un adolescente. Aca eran la 1 y media pero, claro, el sol se esconde a las 3:30pm. Nunca supe porqué fue la pelea. Cuando devolví el vaso en la barra al cabrón barman que me engatusó, me miró como diciendo, ah, te la terminaste, y agregó a su mirada sarcastica: "Estos putos finlandeses, no saben chupar, vienen y rompen todo... y eso que yo soy finlandés".

Me quedé mudo, pensando en lo que había dicho el tipo, crucé la calle, llegué a mi hotel, subí a mi habitacion calladito y antes de que el ascensor se detuviera en el 6to piso, lo hizo, creo, en el 4to. Un tipo con una botella del ya mencionado vodka "Finland" y una camiseta de futbol entró al ascensor con una sonrisa gigante. "Jay" (inglés ruso para Hi, no encuentro mejor forma de escribirlo) dijo, y yo correspondi el saludo. "I'm russian" agregó, y dije "Yo, argentino". Ahi comenzó el calvario Maradona, que esto que lo otro, que vení a mi habitacion que vas a tomar el mejor vodka del mundo. Que Argentina va a salir campeón porque ahora Maradona es el técnico, etc.

Accedí sin oponer mucha resistencia, estos rusos te agarran del brazo y es difícil soltarlos y por lo más, era bastante amable. Asi que con el temor de que fuera un serial killer pero al mismo tiempo cierta alegría internacionalista que me hizo recordar mis tiempos de fotógrafo, cuando me metía en las casas de la gente y dormía en las plazas, caminamos hacia su habitación y al entrar lo primero que hizo fue abrir un periódico ruso y comenzó a leer las peripecias del marido de Wanda Nara (no me acuerdo el nombre ni el equipo en el que juega pero, lamentablemente, sí me acuerdo de Wanda Nara) y me ofreció sentarme, me llenó una copa de ese maravilloso nectar llamado "Finland", mientras Marx (creanlo o no, se llama Marx el ruso) me miraba como un entomólogo. Bebí un trago y le dije algo asi como "maravilloso". El sonrió, agradeció, me palmeó la espalda y quiso servirme más. Le dije que no gracias y sonrió de nuevo, no se porqué, no me animé a decirle que ya lo había probado hace unas horas en la fiesta. Me paré decidido y me acerqué a la puerta: "You leaving?" me dice, "si claro, disculpa, estoy cansado". Okey, see you tomorrow" me dijo, y se despidió.

Ya esperando el ascensor, escucho unos pasos retumbar de esa manera en que retumban los pasos cuando alguien corre sobre una alfombra y vi una figura que avanzaba con los brazos en alto. Era el ruso. Sonrisa de oreja a oreja, extiende su mano y me dice: "For you, not for you, for Maradona". Y me dio el rublo del que ya les he hablado.



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