No sobran las comedias inteligentes, refinadas y elegantes sobre agentes secretos o espías de todo tipo y clase. En alguna época –fines de los ’50, los primeros ’60--, esa confección hecha de diálogos pícaros, viajes transatlánticos, rivales duros de vencer y tramas incomprensibles eran parte de la industria hollywoodense. Hoy, cuando James Bond no sonríe ni que le pidan por favor, se extraña cierta liviandad de antaño.
Y es raro que el intento de regresar a esa liviandad venga de parte de uno de los culpables de que Bond se haya puesto tan... serio. Tony Gilroy, director de “Duplicidad”, es el guionista de la saga Bourne, trilogía exitosa (y densa, en complicaciones y tono) que hizo que los productores de 007 tiraran la ligereza en el Támesis. Gilroy es, además, el director de “Michael Clayton”, otra super seria película sobre corporaciones y espionaje.
En “Duplicidad” vuelven las corporaciones y los espías, pero lo que cambia es el tono. Lo que Gilroy intenta aquí es usar esos mismos elementos pero en forma de sofisticada comedia adulta. Y le sale, a medias. Julia Roberts encarna a Claire, una ex agente de la CIA que hoy trabaja como espía de la corporación Equikrom dentro de su rival, Burkett & Randle. Su rol es obtener secretos de nuevos productos de esta compañía y la mujer se ha topado con algo. Ellos no saben bien qué es, pero en B&R todos están entusiasmadísimos. Y Equikrom quiere ganarle de mano a toda costa.
Clive Owen es Ray, un agente del MI6 que hace poco trabaja para Equikrom. Un día hace contacto con Claire y descubre que la conoce de antes. Que en sus épocas como espías “de verdad” tuvieron un breve affaire que en realidad se trató de una trampa de Claire hacia él. Y al verla no quiere saber nada con trabajar juntos. Pero pronto descubriremos que el asunto no es tan así. En realidad, descubriremos que nada es... tan así.
Montando engaño sobre engaño, trampa sobre trampa y traición sobre supuesta traición, “Duplicidad” gana cuando dedica su tiempo a sus dos protagonistas y a la nunca del todo clara relación entre ellos. ¿Se quieren? ¿Se mienten? ¿Quién engañará primero a quién? Owen y Roberts poseen una gran química y las escenas que comparten tienen momentos deliciosos y ocurrentes, siempre sutilmente graciosos. Pero, acaso por su origen como guionista, Gilroy no puede evitar revolver el enredo corporativo demasiadas veces, complicar hasta lo imposible una trama que, finalmente, no debería ser tan importante.
Parece faltarle, como director, cierto timing para el manejo de la comedia. Es como si de golpe, alguien que hizo de la complejidad y seriedad una carrera decidiera contar un chiste. La broma es buena, el asunto es saber contarla con gracia. Por suerte, en el cine, tener dos ases en la manga --como Julia y, en menor medida, Clive— ayuda a tapar las dificultades de este filme de un gran constructor de historias al que todavía le falta para ser un gran cineasta.
Duplicidad
comedia/intriga TITULO ORIGINAL: "Duplicity" (EE.UU., 2009) 125 minutos. FALTA CALIF. DIRECCION: Tony Gilroy. INTERPRETES: Julia Roberts, Clive Owen, Paul Giamatti. SALAS: Village Recoleta, Cinemark
BUENA
1 comentario:
Es la pero pelicula que he visto estaba tan aburrida que me molestaba escuchar las risas de ni modo de las otras personas en la sala. en pocas palabras 0.
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