Crisis?, ¿qué crisis?, no es sólo el título de un viejo disco de Supertramp, sino lo que parece verse alrededor de los premios Oscar que se celebrarán esta tarde en Los Angeles (casi la medianoche en la Argentina). Uno lee los diarios norteamericanos y se encuentra con páginas y páginas en las que se cuentan historias de personas perdiendo sus hogares y sus trabajos, y con columnistas que dicen que esta crisis puede llegar a ser peor que la Gran Depresión. Pero en lo que respecta al Oscar lo que cambian son siempre las apariencias, no la realidad.
Digamos que para Hollywood lo que se recomienda es "actuar" con la discreción que pide el mal momento económico. Se lee aquí y allá que lo "conveniente" es no mostrar muchas joyas ni hacer demasiada ostentación con lo que se lleva puesto. Siempre queda bien hablar de que se donarán los regalos y si se puede hacer un comentario comprometido, mejor. Pero todo luce tan preparado, tan "puesta en escena de la moderación" -hay notas que dicen que la comida de las fiestas será más casual y no tan elegante, y hasta se dice, créase o no, que no está mal visto beber un poco más de lo habitual para olvidar los problemas por una noche- que uno no puede menos que tomarlo en broma.
Pocos hablan de cine y premios porque todo parece bastante cerrado. En una cena a la que concurrió Clarín en la que había periodistas, directores nominados, algunas leyendas de Hollywood, guionistas y productores, nadie discutía ya que Slumdog Millionaire era la gran ganadora. Ninguno parecía muy convencido de que fuera una gran película, pero eso es otra historia. Como están las cosas, una fantasía romántica acerca de cómo salir de pobre con algo de suerte, es la película perfecta en el momento indicado.
Más entretenido estuvo el debate acerca de los actores. Aquí muchos dudan de que Mickey Rourke pueda ganar el Oscar debido a su pésima reputación ("el tipo era un mal chiste", dicen) y a que aquí nunca se lo ha tomado demasiado en serio. El ejemplo que usan es fuerte: todos daban como ganador a Eddie Murphy hace un par de años pero su mala reputación le ganó y, pese a llevarse todos los premios previos, perdió el Oscar. Igual, no habría que sacarle las fichas a Rourke y tampoco habría que descontar, además de Sean Penn, claro, a Frank Langella por su papel de Nixon en Frost/Nixon.
Con poco para debatir respecto a los premios (Kate Winslet, Heath Ledger y Penélope Cruz parecen muy firmes en sus respectivos rubros, lo mismo que Waltz with Bashir en película extranjera, aunque nunca se sabe), de lo que se habla es de la misteriosa ceremonia, cuya transmisión comenzará a las 22 por TNT, con una hora de alfombra roja producida por el canal, otra media hora de "alfombra oficial" (en la que prometen inaugurar una especie de telebeam de estrellas...) y, a las 23.30, la ceremonia propiamente dicha.
Recorriendo la alfombra con un grupo de personas que trabajarán en el evento y que estaban siendo adiestrados por una mujer hablando por un altavoz, el enviado de Clarín pudo atestiguar ayer que habrá cambios en lo que respecta a la entrada de las celebridades y que no es descabellada la idea de que Hugh Jackman, el conductor, salga a la calle, bien para hablar con los fans que están en las tribunas o bien para entregar un premio allí.
Es que toda la ceremonia está envuelta en un halo de intriga.
¿Cuáles son los datos más firmes y seguros? Que Jackman -lo dijo él mismo- no hará el típico largo monólogo inicial ("no es lo mío"), que la ceremonia se desarrollará como si fuera una historia, con una suerte de cabaret como escenario y los premios como parte de la trama, que Baz Luhrmann (el director de Moulin Rouge) fue convocado por el propio Jackman para dirigir unas coreografías de películas, que la ceremonia tendrá partes dedicadas a celebrar el cine del año más exitoso (Iron Man, Crepúsculo, Indiana Jones) que no quedó nominado, y que Queen Latifah cantaría una canción en la clásica secuencia de homenaje a los que murieron en el 2008.
Tomando en cuenta que el productor es Bill Condon (director del musical Dreamgirls), el director artístico es el mismo arquitecto que construyó el Kodak Theatre, el ya citado aporte de Luhrmann y el background en musicales que trae Jackman, no sorprende que la ceremonia esté planteada como un regreso nostálgico al musical de Hollywood de antaño.
Pero como el asunto es también sumar jóvenes a la cada vez más baja audiencia, habrá un segmento dirigido por el realizador de comedias Judd Apatow (Virgen a los 40), el director musical será el compositor de Lost, Michael Giacchino (quien reveló que la orquesta estará sobre el escenario y no debajo), y la organización prefirió no anunciar -a diferencia de lo que siempre hace- quiénes serán los presentadores. De hecho, se asegura que para mantener la sorpresa a muchos se los hará entrar por una puerta trasera y ni pisarán la alfombra roja.
Casi todo el misterio parece puesto en la ceremonia y no en los premios. Habrá algunas sorpresas -siempre las hay y me atrevería a apostar por la derrota de una candidata que aparece muy segura-, pero lo más probable es que escuchen mencionar la palabra "Slumdog" al menos cinco o seis veces (sino más) durante la noche. De allí, directo al diccionario a ver qué significa. ¿Quieren saberlo? "Villero", ni más ni menos. Los que quieran leerlo con cierta ironía en medio de este raro combo de crisis y glamour, allá ellos...
La productora argentina que está nominada
Flora Fernández Marengo, la productora argentina del documental nominado al Oscar The Betrayal, de Ellen Kuras, no tiene problema en admitir que está casi segura de que va a perder. Lo que más le importa, si eso sucede, es que por lo menos sea con alguien que admira. "De perder, quiero perder con Herzog -confiesa a Clarín-. Casi me parecería una falta de respeto ganarle, me daría culpa". Es que el director alemán está nominado en ese rubro por su filme Encounters at the End of the World. "Se lo merece -dice-. También Ellen se lo merece por el gran trabajo que hizo. Estar nominado genera mucha repercusión, más posibilidades de exhibición. Pero la película es la misma, no me gusta más ahora que antes".
Como ya publicó Clarín, Fernández Marengo se sumó a este proyecto de Kuras, quien siguió durante 23 años a una familia de Laos que emigró a los Estados Unidos en pleno conflicto armado en Camboya, y encontró que en Nueva York la vida no era mucho más sencilla que en la selva y en medio de las balas.
En breve Flora regresará al país, donde empieza con el rodaje de la remake de As Soon the Darkness, con dirección de Marcos Efron. Luego comenzará la filmación de Patagonia, de Marc Evans, con Norma Aleandro y Nahuel Pérez Biscayart. "Va a ser un año movido", dice, mientras se prepara para la ceremonia de hoy.
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