17.5.08
Nobleza obliga...
Acabo de enterarme que Gustavo Noriega recomienda leer este blog desde Cannes. Y siento ahora, en medio de una sala de prensa enloquecida tras la conferencia de prensa de Woody Allen y Penélope Cruz, que no estoy a la altura de su recomendación. Excusas tengo, obviamente, y él las deja muy claras en su comentario. Pero "las excusas no se blogean" podría decir, citando una repetida frase sobre los cineastas.
Digamos que es claro que el objetivo de este blog es escribir sobre esas otras tantas cosas que pasan en Cannes y que no entran en la cobertura de "Clarín" (más por espacio que por pertinencia). Y todavía, a decir verdad, no había visto demasiadas cosas recomendables fuera del programa oficial.
Ayer me topé con una y, aún a riesgo de ser obvio, tengo que decir que "Boogie", la película del rumano Radu Muntean, es lo mejor que vi hasta el momento. Película pequeña, de planos largos, que transcurre a lo largo de un día (no en tiempo real, pero casi, como buena parte del cine de ese país), esta película tiene intenciones mucho más discretas que "4 meses, 3 semanas y 2 días" o "La muerte del Sr. Lazarescu". Es, casi, como una película del nuevo cine argentino (digamos, de Raúl Perrone) acerca de la relación de tres amigos que se reencuentran y los conflictos que eso genera en uno de ellos, casado y con un hijo.
Los amigos, la pareja, el pequeño niño y la prostituta con la que pasan la noche: todos los personajes están perfectos. Y la cámara no hace más que seguir sus conversaciones, sus momentos tensos, sus bromas y su camaradería. Sólo con eso, "Boogie" le pasa el trapo a los dramas de Meirelles, Salles, Bilge Ceylan y compañía.
"Hunger", en cambio, una película de Steve McQueen (el artista inglés, no el actor norteamericano, como me comentó un confundido colega español), sobre la huelga de hambre de Bobby Sands en Irlanda del Norte, podría haber sido una gran película, pero el director se regodea excesivamente en la violencia, le agarra "el ataque Schnabel" y le da por el video arte, y termina arruinando un poco esa odisea interior de Sands (el filme, por momentos, es rigurosamente bressoniano), contada siempre desde el interior del personaje.
Prometo que la próxima entrada será sobre las disparatadas reacciones que generó "Vicky Cristina Barcelona" (la foto de Penélope es de esa peli, claro) en su pase de prensa, entre los que se reían de los chistes y los que nos reíamos de la película. Un festín del ridículo (la función y la película también) que fue, por lejos, la experiencia más graciosa de todo el festival. Había que ver la cara de colegas epañoles (Violeta Kovacsics o Jaime Pena) a la salida de la película. El horror, el horror, como decían por ahí...
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