Un rato antes de que empiece la ceremonia de premiación. Como siempre, seguro que la ganadora es alguna de las películas de competencia que no vi. Este año sólo me faltaron dos: la apertura, porque llegué tarde, y “Bal”, la turca, porque se superponía con la única función abierta de “El ilusionista”, de Sylvain Chomet. No me arrepiento de haber ido a ver la de Chomet, pero eso lanza a la película turca como candidata número uno. Y, claro, después, los que la vieron, dijeron exactamente eso: es la mejor peli del festival.
Tal vez eso no quiera decir nada. Habitualmente las mejores películas no ganan nada, pero hoy tengo la impresión que esa peli algo se va a llevar. A la gente del filme bosnio, “On the Path”, los vi en la entrada del Hyatt yendo para la ceremonia, así que ellos se llevan algo también.
¿Y los argentinos? Los llamé varias veces… y me dicen que no saben nada. Me encantaría que la película se lleve algo, pero no me causa ninguna gracia que me mientan. Digo, tal vez no sepan nada, pero después de un centenar de festivales, si nadie te llama y te dice “andá”, medio que es mala señal.
Posta.
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