Restrospectiva temática.
LA CONTRAOLA: EL NOVÍSIMO CINE FRACÉS
Pocas cinematografías europeas resultan en la actualidad tan variopintas, cambiantes y atractivas como la francesa, en la que siguiendo una tradición que se remonta a la nueva ola y a sus más inmediatas derivaciones, se dan cita nombres vinculados generacionalmente con otros que han abierto nuevas perspectivas a géneros tan clásicos y populares como el cine de terror; cineastas que aún se sienten deudores de un modo u otro de la nouvelle vague junto a algunos que han roto con aquella tendencia. En definitiva, rupturistas, recicladores, manieristas y radicales, todos con voz propia, que ilustran el último y convulso decenio en el cine francés.
La contraola: novísimo cine francés es el título de la retrospectiva que quiere hacerse eco de todas estas corrientes y tendencias que se están produciendo en el cine francés en los últimos diez años. En el ámbito del surf, la contraola es todo un icono por la fuerza y espectacularidad que se produce al chocar dos o más olas que se mueven en direcciones distintas, a veces producto de la resaca del agua que ha impactado en la costa. Utilizando el símil, la retrospectiva que propone el Festival de San Sebastián quiere recoger las corrientes que dejó la resaca de la nouvelle vague de los años 60 y que han desembocado en una actual renovación del cine francés en distintas direcciones, una marea creativa que está cobrando en estos momentos gran fuerza y que atañe a géneros muy diversos.
A diferencia de lo que ocurrió cuando cristalizó la nouvelle vague, en la que sus componentes más representativos (Godard, Truffaut, Rivette, Rohmer y Chabrol) se habían caracterizado, durante su etapa previa como críticos, por cuestionar el modelo establecido en el cine francés de los años 40 y 50, los nombres que podríamos englobar en esta contraola no ofrecen una actitud en “contra” de una oleada anterior: unos cineastas aprovechan los movimientos previos y otros los cuestionan radicalmente.
Tampoco se trata de un movimiento unitario, algo que si caracterizó a la Nouvelle vague ya que sus nombres fuertes habían coincidido en las páginas de la revista Cahiers du Cinéma y llegaron a colaborar unos con otros durante sus inicios como directores. La contraola engloba muchas y diversas miradas, a veces antagónicas, en las que conviven las formas más armoniosas con las provocaciones ideológicas, estéticas y narrativas.
La retrospectiva constará de unas 40 películas, entre las que se incluirán L’Humanité (1999) de Bruno Dumont; Ressources humaines (Recursos humanos, 1999) de Laurent Cantet, filme que logró el Premio Nuevos Directores en San Sebastián; Dans ma peau (2002) de Marina de Van; La Vie nouvelle (2002) de Philippe Grandrieux; la polémica Irréversible (Irreversible, 2002) de Gaspar Noé; Innocence (2003) de Lucile Hadzihalilovic, esposa de Noé, también premiada en el festival por este filme; Les revenants (2004) de Robin Campillo, el guionista habitual de Cantet; Rois et reine (2004) de Arnaud Desplechin; De battre mon coeur s’est arrêté (De latir mi corazón se ha parado, 2005) de Jacques Audiard; Les chansons d’amour (2007) de Christophe Honoré, quien participó en la Sección Oficial del Festival el pasado año con La Belle personne, y dos de los títulos básicos en la última eclosión del cine de terror francés, À l’intérieur (2007), de Alexandre Bustillo y Julien Maury, y Martyrs (2008), de Pascal Lagier.
Se considerarán también las huellas de directores precedentes, que marcaron los pasos de esa actual renovación del cine francés, como Olivier Assayas, Leos Carax y Claire Denis.
LA CONTRAOLA: NOVÍSIMO CINE FRANCÉS
Primeras películas seleccionadas
La retrospectiva “La contraola: novísimo cine francés” constará de unas 40 películas. Estos son algunos de los títulos previstos para la retrospectiva:
- Le petit voleur, de Erick Zonca (Francia, 1998)
- Ressources humaines, de Laurent Cantet (Francia, 1999)
- Pola X, de Leos Carax (Francia-Suiza-Alemania-Japón, 1999)
- L’humanité, de Bruno Dumont (Francia, 1999)
- Sous le sable, de François Ozon (Francia-Bélgica-Italia-Japón, 2000)
- Trouble Every Day, de Claire Denis (Francia-Japón, 2001)
- Irréversible, de Gaspar Noé (Francia, 2001)
- Être et avoir, de Nicolas Philibert (Francia, 2001)
- La vie nouvelle, de Philippe Grandrieux (Francia, 2001)
- Dans ma peau, de Marina de Van (Francia, 2002)
- Tiresia, de Bertrand Bonello (Francia, 2003)
- Clean, de Olivier Assayas (Francia-Canadá-Gran Bretaña, 2003)
- Rois et reine, de Arnaud Desplechin (Francia-Bélgica, 2003)
- Innocence (L’ecole), de Lucile Hadzihalilovic (Francia-Bélgica-Gran Bretaña, 2003)
- De battre mon coeur s’est arrêté, de Jacques Audiard (Francia, 2004)
- Les revenants, de Robin Campillo (Francia, 2004)
- Les chansons d’amour, de Christophe Honoré (Francia, 2006)
- Martyrs, de Pascal Laugier (Francia-Canadá, 2007)
- 24 Mesures, de Jalil Lespert (Francia-Canadá, 2007)
- À l’intérieur, de Julien Maury & Alexandre Bustillo (Francia, 2007)
- L’autre, de Pierre Trividic & Mario Bernard (Francia, 2008)
Retrospectiva Clásica. RICHARD BROOKS
A Richard Brooks (Filadelfia, 1912-Beverly Hills, 1992) se le recuerda especialmente como uno de los más brillantes adaptadores al cine de escritores tan diversos como Tennessee Williams, en Cat on a Hot Tin Roof (La gata sobre el tejado de zinc, 1958) y Sweet Bird of Youth (Dulce pájaro de juventud, 1962); Joseph Conrad en Lord Jim (1965); Fedor Dostoievsky en The Brothers Karamazov (Los hermanos Karamazov, 1958); Sinclair Lewis en Elmer Gantry (El fuego y la palabra, 1960); Francis Scott Fitzgerald en The Last Time I Saw Paris (La última vez que vi París, 1954), y Truman Capote en In Cold Blood (A sangre fría, 1967).
Pero Brooks fue del mismo modo un brillante director de actores: Paul Newman, Cary Grant, Humphrey Bogart, Elizabeth Taylor, Jean Simmons (con la que estuvo casado entre 1960 y 1977), Burt Lancaster, Peter O’Toole, Gene Hackman y Diane Keaton fueron algunos de los protagonistas de sus filmes. No contento con trabajar con las estrellas consagradas, Brooks dio sus primeros papeles importantes a nuevos valores como Sidney Poitier, en Blackboard Jungle (Semilla de maldad, 1955), y Richard Gere, en Looking for Mr. Goodbar (Buscando al señor Goodbar, 1977). También se convirtió en un incisivo analista de la política y la sociedad norteamericana de su tiempo, con películas que marcaron un hito en la denuncia del racismo y los problemas de la educación como Blackboard Jungle, y otras que reflejaron la incidencia del periodismo como ‘cuarto poder’, caso de Deadline U.S.A. (1952).
Situado al ala izquierda del cine hollywoodiense de los 50 y 60, en su filmografía quedó siempre reflejada la tensión propia entre el autor independiente y el férreo sistema de los estudios de Hollywood, algo que caracterizaría a casi todos los integrantes de la llamada generación de la violencia. Pero el cine de Brooks fue siempre distinto del de Samuel Fuller, Robert Aldrich, Nicholas Ray, Richard Fleischer y Don Siegel, las otras figuras notables de esta generación que, a su modo, intentó cambiar el curso del cine norteamericano.
Brooks procedía del campo de la escritura –como periodista, novelista y guionista–, algo en lo que solo coincide con Fuller. Tampoco gozó con la misma intensidad de la reivindicación cahierista de la que se beneficiaron Fuller y Ray, por lo que su obra, muy coherente en lo ideológico y en lo estético, quedó a veces relegada en una segunda línea. Toca ahora recuperarla y situarla en su lugar justo en el mapa cinematográfico estadounidense.
Como sus compañeros de generación, tocó casi todos los géneros clásicos otorgándoles una mirada nueva, realista, madura y personal. Lo hizo en el western, con títulos comprometidos como The Last Hunt (1956) –sobre las masacres indiscriminadas de bisontes– y The Professionals (Los profesionales, 1966) –acerado retrato de los mercenarios estadounidenses en la revolución mexicana–, en el bélico – Battle Circus (1953) y Take the High Ground (Hombres de infantería, 1953)–, el melodrama –las sólidas adaptaciones de Tennessee Williams–, el cine de aventuras –Something of Value (Sangre sobre la tierra, 1957)– o el thriller setentero hoy tan alabado, al que dio un filme como Dollars (Dólares, 1971).
Ganador de un Oscar al mejor guión original en 1961 por Elmer Gantry y nominado en tres ocasiones como director, Brooks se inició como guionista de emblemáticos filmes del cine negro de los años 40, como Brute Force (Jules Dassin, 1947) y Key Largo (Cayo Largo, John Huston, 1948). Edward Dmytryk adaptó una de sus novelas en Crossfire (Encrucijada de odios, 1947). Además, Brooks escribió el guión de casi todos sus filmes como director, con el periodismo y la literatura como base de un cine que también contribuyó notablemente a los cambios expresivos de los años 50 y 60, en busca de imágenes de mayor fuerza e impacto.
RICHARD BROOKS. Películas de la retrospectiva
La retrospectiva dedicada al director estadounidense Richard Brooks incluirá sus 24 películas como director y cinco títulos en los que intervino como guionista o como autor de la novela en la que se basa el film.
Como director
- Crisis (1950)
- The Light Touch (El milagro del cuadro, 1952)
- Deadline, U.S.A (El cuarto poder, 1952)
- Battle Circus (1953)
- Take the High Ground (Hombres de Infanteria, 1953)
- Flame and the Flesh (1954)
- The Last Time I Saw Paris (La última vez que vi Paris, 1954)
- Blackboard Jungle (Semilla de maldad, 1955)
- The Last Hunt (La última caza, 1956)
- The Catered Affair (1956)
- Something of Value (Sangre sobre la tierra, 1957)
- The Brothers Karamazov (Los hermanos Karamazov, 1958)
- Cat on a Hot Tin Roof (La gata sobre el tejado de zinc, 1958)
- Elmer Gantry (El fuego y la palabra, 1960)
- Sweet Bird of Youth (Dulce pájaro de juventud, 1962)
- Lord Jim (1965)
- The Professionals (Los profesionales, 1966)
- In Cold Blood (A sangre fria, 1967)
- The Happy Ending (Con los ojos cerrados, 1969)
- Dollars (Dólares, 1971)
- Bite the Bullet (Muerde la bala, 1975)
- Looking for Mr. Goodbar (Buscando al Sr. Goodbar, 1977)
- Wrong Is Right (Objetivo mortal, 1982)
- Fever Pitch (1985)
Como guionista
- Cobra Woman (La reina cobra, 1944), de Robert Siodmak
- Brute Force (1947), de Jules Dassin
- Key Largo (Cayo Largo, 1948), de John Huston
- To the Victor (1948), de Delmer Daves
Basada en su novela
- Crossfire (Encrucijada de odios, 1947) de Edward Dmytryk
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