31.5.09
Almodóvar vs. Boyero vs. El País vs. el cine
Estoy tres días medio desconectado de la red y me encuentro con tremendo conflicto entre Carlos Boyero y Pedro Almodóvar. En realidad es bastante más complejo y largo que eso. Digamos, para sintetizar, que Carlos Boyero, el impresentable crítico de cine que tiene "El País", no es fanático de Pedro. Eso no es necesariamente un problema. El tema es que este hombre no se caracteriza por la sutileza en ningún aspecto de su vida, ni personal ni profesional. Y cuando algo no le gusta, muy suelto de cuerpo puede escribir que a tal cineasta "hay que internarlo" o comentarios que si alguna vez se me diera a mí por escribirlos (digo, por el carácter de agresión personal que tienen), seguramente terminaría yo internado por las piñas que me comería.
El tema es que Boyero cargó contra Almodóvar en el estreno de "Los abrazos rotos" en España y volvió a cargar contra él durante Cannes y lo mismo hizo en su blog el editor de Cultura del diario. Hasta ahí, más o menos normal. El tema es que Pedrito reaccionó --bastante sacado también-- con un largo texto en su blog. Y luego el Comité de Redacción de "El País" salió a defender a Boyero y compañía. Y Pedro volvió a escribir. Y el Defensor del Lector del diario tuvo que intervenir. Y así... El tema se convirtió en un pequeño escándalo del que yo recién me estoy enterando. De hecho, si alguien tiene más detalles sobre las implicancias y repercusiones del asunto, me avisa...
Conozco apenas un poco a ambos contendientes y me imagino que los egos cruzados deben dar un cóctel explosivo. Aún en el caso de Boyero, cuyo gusto cinematográfico es nulo (peor, imposible, digamos que nuestro Jorge Carnevale es un sibarita a su lado), me cuesta "solidarizarme" con un cineasta que pide que despidan a un crítico o que envíen a otros a cubrir festivales. Me parece que --aún cuando coincido con él-- no le corresponde a Almodóvar meterse en lo que hace o deja de hacer "El País". El diario tendrá un lamentable gusto a la hora de elegir a su crítico de cabecera, pero no es apropiado que un cineasta --ni un distribuidor o un productor-- pida su cabeza. Digo, más allá de que Boyero pueda ser el peor crítico de la historia, y más allá que el año pasado circuló un petitorio escrito por críticos y cineastas también pidiendo la cabeza de Boyero y que decidí no firmar, básicamente, por las mismas causas expuestas aquí. Más allá de mi opinión personal sobre el trabajo de este sujeto.
Los que estamos en esta tarea sabemos de la fama y brutalidades de Boyero con gran parte del cine que amamos. Pueden chequear por internet su repertorio de bestialidades. No vi la película de Almodóvar y no podría decir si está o no equivocado. Lo que sí se es que, en general, el tono chirriante que usa Boyero para maltratar a las películas es duro de soportar. Pero también sé que muchos de sus colegas (nosotros, qué tanto!) hemos sido muchas veces cruentos con cineastas o películas que nos molestan o irritan, si bien suelen ser las opuestas a las que le irritan a Boyero...
Boyero escribe sobre "Visage", de Tsai Ming-liang, a quien califica como "el para mí incomprensiblemente idolatrado director chino..." (sic) Dice: "Se supone que trata de un rodaje en el Louvre actualizando el mito de Salomé, pero nada de lo que veo y escucho tiene sentido, atractivo ni gracia, aunque el autor se esfuerza mucho por conseguir lo último. Lo único que me saca del soporífero estupor es que el esotérico Tsai-Ming Liang haya convencido a Laetitia Casta para que exhiba su preciosa desnudez. No compensa, pero menos es nada."
Sí, leyeron bien. Y podría seguir pero ya todos saben de lo que hablo...
El Defensor del Lector afirma que las críticas de Boyero deberían ir en una columna de Opinión y no en el espacio Críticas, ya que da a entender que por lo personal y subjetivo de sus afirmaciones, no le cabe el espacio de Crítico. Me temo que no estoy de acuerdo. Puedo imaginar cientos de personas diciendo lo mismo cuando uno recomienda fervorosamente algún filme de Apichatpong (de hecho, recibo decenas de emails cuando califico como Excelente algo que se aleja del famoso "gusto medio"), pero eso no supone que mis críticas dejen de ser críticas para ser opiniones. Aunque, en realidad, no termino de comprender mucho la diferencia...
Raro el lugar de salir a defender a Boyero, pero desde mi poco conocimiento del asunto me parece que no queda otra alternativa. Siempre está la opción, para los lectores, de comprar otro diario. Nadie nos obliga a leerlo. De hecho, yo no lo hago nunca. Me da dolor de estómago... Tal vez haya que internarme a mí también.
PD. Aquí hay un link a todas las cartas y contracartas, posts y contraposts, enviados entre El País y Pedro Almodóvar.
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9 comentarios:
El mayor problema con el pesado de Boyero es que el 50% de sus palabras no son sobre cine sino sobre su vida, sobre lo muy deprimido que está, que si no puede dormir, o si en el Lido se ha puesto todo demasiado caro (pero luego en sus vídeo-crónicas-broma desde Cannes no se corta de enseñar y explicar que se aloja en el Martinez, uno de los más lujosos de Cannes). Y que los que le defienden apelan a la libertad de expresión y tonterías similares. O que venga Gubern y lo compare con Borges. En realidad la protesta es contra El País y su política cultural (que viene de antes, como se puede comprobar en el artículo 'La catatonia nacional' http://www.trendesombras.com/num6/art_venecia2006.asp). Ahora mismo el jefe de cultura de El País es un tipo que se hizo famoso precisamente por escribir un blog en el que se cagaba en Almodovar).
En fin, un asunto muy largo y que ya es aburrido, pero al que le interese, que no se pierda en primer lugar las mencionadas videocrónicas 'Croissant en la Croisette' del sujeto (http://www.elpais.com/multigalerias/elpgal/croissant-croisette-cannes-cine/20090514elpepucul_1/Zes) o sus "encuentros digitales" con los internatuas-lectores (http://www.elpais.com/edigitales/entrevista.html?encuentro=5300&k=Carlos_Boyero). Y impresionante la crónica-parodia del sufrimiento del dúo Boyero-Hermoso en Cannes (http://www.elgarrofer.com/2009/05/carlos-boyero-y-borja-hermoso-coming-home.html).
Yo lo entiendo y ahora que veo los videos noto que es peor todavía de lo que me imaginaba. El tema es que yo no puedo, al menos desde mi lugar de trabajo, abogar por el despido de este sujeto. Creo que con lo que escribe o lo que dice se incendia solo y si un diario como El País mantiene a un tipo de este calibre como crítico de cine habla bastante mal de El País. Digo, entiendo que los grandes diarios quieran tener críticos conservadores y cercanos "al gusto medio", pero este tipo no puede coordinar ni una frase en castellano. No entiendo, sinceramente, que lleva haciendo 25 años yendo a Cannes. ¿Es que nadie se dio cuenta todavía que es un imbécil?
Acabo de intentar la lectura de la polémica entre Boyero y Almodóvar. Empecé con los ocho puntos de Almodóvar. Llegué al cuarto y decidí que era suficiente. No puede ser que un tipo invoque todas las malas razones que encuentra a mano. Cuando son dos tipos, se hace insoportable. Seamos ecuánimes. Que Boyero no escriba más pero que Almodóvar no filme.
Aunque solo sea para que conste en acta, yo leo a Carlos Boyero y me gusta. También leo El País, sin que haya notado dolor de estómago hasta el momento.
Lerer: Se entiende que vos nop puedas o quieras suscribir lo de Almodovar, perpo tiene toda la razòn. Su diatriba es muy clara y precisa, sobre todo cuando habla de la corporaciòn que defiende a ese impresentable. Y que llega hasta que tengamos que escuchar a Quintìn defendiendo lo indefendible.
Almodovar puede filmar bodrios hasta que se canse, pero Boyero no tiene ningùn derecho a escribir como escribe: lo que pasa es que el problema de fondo es la crìtica "subjetiva" que esta de moda ahora, y que defienden tipos tan diferentes como Quintìn o los de El Amante. Hay que carse cargo del monstruo que han creado...
Che, anónimo. ¿Qué parte de lo indefendible defiendo? No te entendí. ¿Cómo es que Almodovar puede filmar bodrios y Boyero no puede escribir bodrios? Aparte, no exixste la crítica objetiva, solo la crítica careta, que no hace olas. El Fernández Santos al que Almodóvar califica como ejemplar o algo así, era tan bestia y tan palurdo como Boyero, solo que hablaba bien de Almodóvar. Esta es una discusión imposible, ajena, irrelevante. Que se maten esos gallegos.
Este feo asunto compete en primer lugar (y por encima de todo) a los lectores de El País. Entiendo que al resto del mundo le importe un comino toda esta polémica. No es mi caso. Soy lector de ese diario desde hace 25 años y creo que estoy en mi derecho de opinar sobre sus contenidos. El fichaje hace ahora año y medio de esos dos sujetos, el redactor jefe de cultura, Borja Hermoso, y el, aceptemos por esta vez el término, crítico cinematográfico, Carlos Boyero, ambos procedentes de El Mundo, impuso una línea editorial en la sección de cultura que guarda poca relación con la del resto del diario. Cuando ambos trabajaban para El Mundo nadie protestó por sus comentarios sobre Almodóvar, Cannes o Kiarostami, al menos que yo sepa. Si alguien lo hizo fue en tanto que lector de ese otro diario, pero a nadie pareció importarle. Digamos que lo que publica El Mundo no tiene la misma repercusión que lo que publica El País. Es evidente que tenemos la opción de no comprar el diario, pero, faltaría más, también estamos en nuestro derecho, en tanto lectores, repito, de reclamar por lo que consideramos una ruptura con un estilo determinado, ideológico y ético, que nos ha llevado a muchos a comprar y leer este diario durante muchísimo tiempo. Antes que decantarnos por esa opción preferiríamos no “tener” que leer al señor Boyero. Lo cual, que nadie se confunda, no tiene nada que ver con reclamar la expulsión de Boyero ni con la libertad de expresión ni mandangas por el estilo. Al contrario. A mí también me gustan mucho los comentarios de Boyero, su incorrección política. Por ejemplo, hace unas semanas se armó una polémica mucho más gorda que ésta porque, coincidiendo con una visita de Sarkozy a España, El País sacó en portada una foto de Carla Bruni y la princesa Letizia de espaldas y de cintura para abajo: es decir, de sus culos. El mejor comentario sobre esta foto y sobre toda la polémica se lo leí a Boyero: “prefiero ver el culo de la Bruni antes que el careto de su marido”. Sin embargo, El País no cubrió la visita de Sarkozy simplemente con el comentario de Boyero sino que le dedicó páginas y más páginas a cargo de sus analistas de política nacional e internacional. Ese es lo que estamos reclamando los lectores de El País (y otra gente que cree que este es un asunto de mayor calado), que El País TAMBIÉN envíe un crítico al festival de Cannes y al de Venecia y a dónde sea. Un crítico de verdad y que bien podría responder a ese ideal que proclama Almodóvar y que, lo sabemos todos, no representa ninguna quimera. Por supuesto que Boyero puede tener su propio espacio mensual, semanal o diario, pero sin menoscabo de una verdadera crítica cinematográfica y de verdaderas crónicas de los festivales. Los lectores de El País deben de ser los peor informados del mundo con respecto a lo que ocurre en los festivales internacionales. Es más, si El País no cree conveniente duplicar funciones, para que Boyero no se quede sin trabajo, le sugeriríamos que lo fuesen rotando por las distintas secciones: un día haría, él solito, los análisis de política internacional, otro los de nacional, otro se encargaría de los editoriales, otro de la ópera, otro de la crítica literaria, los toros, el fútbol, pero no, no temáis, todos estas son sacrosantas secciones en las que nunca dejarán que el incendiario crítico ponga sus manos. En el cine sí y esta es la raíz de todo este asunto. Otra solución, ya que parece que en Argentina Boyero goza, por lo que veo, de cierto predicamento, os proponemos un intercambio: que Diego Lerer se venga a El País y que Boyero pase a convertirse en el crítico de cabecera de Clarín. Los lectores de El País saldríamos ganando, mucho. Y dejaríamos de dar la murga…
Gracias por la oferta laboral, Jaime. Prefiero que te ofrezcan el trabajo a vos o a los tantos buenos críticos de cine que hay por allá.
Tal vez tengas razón con lo de darle otro lugar a sus comentarios y no el de crítico. Aquí tenemos un personaje con ciertas similitudes e igual pésimo gusto (aunque mucho menos gracioso para escribir y no tan "personaje" como Boyero) que escribe en el mismo diario que yo, pero hace unas columnas semanales en el Suplemento de Cultura que sale los sábados. Allí aprovecha para dar sus opiniones tremendas sobre "la mentira del Nuevo Cine Argentino", cineastas "pésimos e inventados" como Lisandro Alonso y cosas asi. Y, como Boyero, escribe en un "suplemento de cultura" y parece ir a contramano del resto del suplemento (sería más lógica su opinión en Espectáculos, para serte honesto). Y al igual que a Boyero, mucha gente lo sigue...
Podría hasta llegar a entender que escriba las críticas semanales. Lo que no entiendo es porque va a cubrir festivales si no le interesa casi nada del cine que se exhibe en ellos...
Exacto, Peacock, Boyero como crítico semanal es hasta cierto punto inofensivo. Escribe una crítica por semana y no todas las semanas. Es “la película de la semana”, concepto que nunca existió en El País, y es “la película de la semana” simplemente porque es la que escribe y elige Boyero. Las elige por afinidad personal (ya conocemos sus afinidades) y sin ningún criterio de importancia objetiva. La crítica de la de Almodóvar fue una anomalía, aunque esta sí fuese la película de la semana. Como muchas de las películas que elige apenas tienen relevancia, la buenas acaban en manos de otros críticos, por suerte. No ocurre lo mismo con los festivales (Berlín, Cannes, Venecia y San Sebastián) que él cubre en exclusiva. Muchas de las películas que pasan por estos festivales no se llegan a estrenar nunca en España así que ya os podéis imaginar el tipo de imagen que puede tener el lector medio de El País del cine que se hace por el mundo adelante. Las consecuencias de esta política editorial para el lector y el espectador mínimamente curioso son demoledoras. “Liverpool” fue la primera película de Lisandro Alonso que se estrenó en España (a finales del pasado mes de abril). Sin embargo, El País (¿Borja Hermoso?) no consideró apropiado incluir la crítica de la película entre las reseñas del día del estreno. Boyero, por ejemplo, consideró que la película de la semana era una española de género que acababa de llegar del festival de Málaga, “25 kilates”. Ese es el cine que nos invitan a ver desde El País y ese el asunto que se debate en toda esta polémica.
Claro que sus lectores tenemos una Defensora de los Lectores que protege nuestros intereses. Que se hace la picha un lío para intentar explicarnos la diferencia entre opinión y crítica, que si una va en cursiva y la otra en redonda, que se busca apoyos externos para que podamos entender que lo de Boyero viene de una vieja tradición de crítica subjetiva... ¿Alguien conoce a algún crítico no de dé opiniones subjetivas? Y ese es el caballo de batalla del propio Boyero, escudarse en que él dice lo que piensa, como si eso fuese digno de consideración. Al crítico se le presupone que dice lo que piensa, eso está descontado, lo obligado, realmente, es que piense antes lo que dice, que argumente sus opiniones. No creo que sea mucho pedir.
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