31.12.08

Best Album 2008: Paul Weller - 22 Dreams



A lo largo de un par de décadas escuchando música siempre ha habido artistas que, por diferentes motivos, he dejado pasar sin prestar demasiada atención. Antes de internet, claro, acercarse a músicos con muchos años de carrera encima implicaba una dedicación de tiempo y dinero que uno no siempre estaba dispuesto a realizar, en especial si lo poco que escuchaba de ese artista no lo convencía lo suficiente como para gastarse un dineral comprándose ocho, diez o más discos (aclaro, no creo mucho en los Grandes Exitos: si algo me interesa, quiero saberlo todo o casi todo).

Así, en estos últimos años, algunos músicos que apenas conocía --eran, para mí, un nombre en una revista, una referencia, un puñado de temas-- se han convertido en artistas esenciales, en tipos que escucho todo el tiempo y que me permiten pensar en que siempre quedan cosas por descubrir en el pasado. Años atrás fue Robyn Hitchcock, un poco más cerca David Sylvian, y ahora Paul Weller. También, claro, hay bandas sin tanta trayectoria (como Felt, por ejemplo, o Another Sunny Day) que, al descubrirlas, me resulta extraño pensar que haya convivido tanto tiempo con ellas en el mismo universo sin jamás conocerlas.

El disco de Weller probablemente sea el mejor de su carrera solista y, con la salida del cuádruple álbum Live At The BBC, fue un año para reconquistar a los fans perdidos y atraer a muchos nuevos. Yo escuché por primera vez a Weller en tiempos de The Style Council y, si bien me gustaban algunas canciones, nunca le presté demasiada atención. Después escuché bastante The Jam pero cuando me reencontré con el Weller solista, convertido en Dios por los hermanos Gallagher y compañía, no me dio muchas ganas de revisar lo que hacía entonces. Y hablo de años como 1995, el de mi primer viaje a Londres, cuando leías sobre Weller en todas las revistas inglesas y veías sus discos en todas las tiendas.

Pero el tiempo fue pasando y nunca "le entré" a Weller, pese a que siempre que viajé a Londres me parecía llamativo lo importante que era en el panorama musical inglés y lo desconocido que resultaba en los Estados Unidos (no es el único, claro, pero es ostensible la diferencia). En la última década su carrera fue en decadencia y nunca se me ocurrió buscar online sus discos ni recuperar su figura. De hecho, apenas tuve "22 Dreams" no le presté demasiada atención. Lo escuché un poco, me interesó, pero no creo haber ni siquiera llegado hasta el final.

Una noche de octubre, sin embargo, volviendo en una minivan de una fiesta del Festival de Viena que quedaba en las afueras de la ciudad, el chofer estaba escuchando un disco que sonaba increíble, que me resultaba conocido, pero que no alcanzaba a saber qué era. Le pregunté. "Paul Weller", me dijo. "Es el disco nuevo, ¿no?". Era. Lo escuchamos los 20-25 minutos que duró el viaje, yo en absoluto silencio mientras atrás la gente hablaba y hablaba (eran las 3 a.m. o más), y ahí empezó todo.

Volví y me dediqué a Weller disco por disco (ediciones, reediciones especiales, discos en vivo, etc.) y la experiencia fue gratísima. No creo que se trate de un artista mayúsculo ni mucho menos, pero es un tipo que ha hecho grandes temas (sí, y tiene uno llamado "Peacock Suit", juro que no lo sabía), de esos que se te meten en la cabeza y no lográs sacártelos por días y días. ¿Algunos? "The Changingman", "Friday Street", "Wild Wood", "You Do Something To Me", "Brand New Start", "Broken Stones"... y sin mencionar los del disco nuevo.

Así que este Número 1 es para el amplísimo "22 Dreams" (que tiene 21 temas en realidad), un disco que parece un recorrido por las distintas etapas de la música de Weller y hasta la entrada en algunas inexploradas. Y es también para los treinta años de canciones que el tipo nos viene entregando y que yo --como muchos, imagino-- hemos ignorado o pasado por alto, siempre en busca de algo nuevo, de un descubrimiento. Pero Weller sigue ahí --como Robyn Hitchcock, como Billy Bragg, como Ray Davies, como Jonathan Richman, como tantos otros-- entregándonos pequeñas grandes canciones que no parecen caducar nunca.

And that, folks, that's entertainment!



1 comentario:

massluciana dijo...

buenísima canción gracias por el dato!!!!