Un breve momento para el autobombo

No acostumbro a la autocelebración, pero ayer sucedió un simpático hecho relacionado con este blog que sentí ganas de compartir con los lectores, tanto con los que entran a leer cosas relacionadas con el cine como con los abundantes buscadores de links para bajar discos (*), o los que hacen, como haría yo, las dos cosas. Ayer, por primera vez, mil personas entraron a Micropsia, una cifra que me sorprende y que un poco me asusta. El blogcito va creciendo (mis gráficos los envidiaría todo economista de país emergente) y las cantidades generan obligaciones.

Cuando arranqué con esto, como jugando, aprovechando mis horas de insomnio, mi sueño tardío, no lo veía como algo a largo plazo. Mi más experimentado colega en el rubro, el Sr. Batlle (que tiene un sitio, no un blog, aclaremos), me decía que había que subir diariamente para generar hábitos de lectura. Tenía razón, claro, aunque yo también creo que me pasé de rosca y podría escribir o linkear menos.

Por ahora me entretiene y, aunque me quita tiempo, no me molesta. Que haya mil personas por día entrando aquí, gente que habla español o inglés (o ambos idiomas) es algo me alegra porque me confirma que hay personas interesadas por cuestiones que suelen quedar fuera de los grandes medios. Sé que para alguien que escribe en un medio que leen millones de personas, cifras como mil por día o 22 mil por mes (eso fue noviembre) no deberían significar mucho. Pero lo significan. Siento que las personas que entran acá --por el motivo que fuese, por casualidad, googleando discos, sabiendo o no sabiendo la historia de este espacio y de quien lo escribe-- lo hacen porque buscan conectarse con algunas de las mismas cosas que me interesan a mí. Y en ese sentido es mucho más personal que lo del diario.

Y no, el disco de Kanye West no lo voy a subir. Pero no crean lo que se dice por ahí. El disco está muy bueno: vayan y cómprenlo, o consíganlo en otro lado...

* Aclaración que nunca hice pero que debería por cuestiones de legalidades y esas cosas: salvo los legales o los permitidos por sus autores, no son discos que subo yo, son discos que están en la red, que yo busco, encuentro, escucho y linkeo, como una suerte de vendedor de tienda de discos virtual que les recomienda a sus clientes cosas que hay en "las bateas". Y, además, son casi siempre discos de bandas poco conocidas, que no se editan en la Argentina y que pongo con intención de difundirlas y que se conozcan un poco más. Podría linkearles el disco de Guns N' Roses, el de The Killers o el de The Cure, por citar tres bandas conocidas, pero no lo voy a hacer. No porque no me gusten --bueno, en estos casos más o menos--, sino porque no es el sentido de este blog.