12.7.10

En defensa del plano general: el fútbol en 3D


Algunos apuntes sobre la final del Mundial vista en 3D

-Vi la final España-Holanda en 3D, en el Cinemark Palermo. Lleno total, aunque el clima fue bastante apagado. Agradecí que no vino mi amigo español...

-Empecemos por los problemas. La bajada satelital es de muy buena calidad pero no tanto como la del HD. La definición de la imagen presenta algunos puntos borrosos.

-La emisión llega con sonido ambiente, pero sin relato. Por el momento no se puede coordinar con otras emisiones (la radio no sirve por el delay), por lo cual no hay comentario en vivo. Esto no está nada mal para el habituado a ir a la cancha -de hecho, le agrega un dato más a la sensación de "estar ahí"-, pero para muchos de los que estaban en el cine le dificultaba la concentración: como una película sin diálogos.

-De hecho, la opción que encontraron para resolver el problema no era mala: poner un relator a transmitir en vivo en el cine. Problemas? Aparentemente alguien volcó Coca-Cola sobre la consola (no es broma!) y el sonido se jodió, por lo que se escuchaba mal -y con frituras- al relator en cuestión. El buen hombre, esforzado y todo, tampoco se caracterizaba por tener un entusiasmo desbordante y contagioso, digamos, y su voz se mezclaba con las vuvuzelas. Igual, cualquier cosa es mejor que Niembro.

-Vayamos a la emisión en sí. Da la impresión de que, al estar en sus inicios, la transmisión en 3D cuenta con menos cámaras que la normal. Eso, que podría parecer un defecto, para mí es una ventaja: gran parte del tiempo es la misma cámara la que transmite el partido, como desde una platea media. Al ver a la noche la repetición del partido por TV común, noté que estaba, por lo general, tomada de más lejos y que cambiaba constantemente a otras cámaras.

-Se sabe que el fútbol tiene una dificultad básica para una transmisión completa: la relación entre el tamaño del campo y la distancia de la cámara impide una visión completa del juego. Más se aleja la cámara, más campo se ve, pero apenas se adivinan las figuras. Más cerca, más detalle, menos visión del juego general. El 3D tenía, en esa cámara principal, un balance excelente en la relación cercanía con la experiencia y visión general del campo.

-La falta de muchas cámaras, además, impide el abuso y exceso del plano detalle, la cámara exclusiva, el estilo "Michael Bay" de transmisión futbolística, como vimos en los ya famosos planos de la familia de Palermo en las tribunas, en las idas y venidas de Maradona en el banco, en incontables inserts y repeticiones en los momentos menos indicados de los partidos. La cámara lentísima es excelente, pero habría que usarla en otro momento, por cuestiones obvias. Hay repeticiones en la emisión 3D, claro, pero son menos intrusivas. Y no hay 50 cámaras compitiendo por ver cuál tiene el moco de Joachim Low.

-Hay otras dos cámaras muy usadas que son un poco más conflictivas. Una, "muy Playstation", como la definieron por ahí, en una posición cercana al juez de línea a la altura del área. Esa genera gran profundidad para apreciar el 3D pero confunde las distancias. Lo mismo pasa en la que hay detrás del arco: la perspectiva se achata y si viene alguien con la pelota y lo vemos tomado de ahí, no sabemos si está en el medio campo o en el borde del área.

-La combinación de estar relatada con una cámara la mayor parte del tiempo, el sonido ambiente sin relato y el 3D con los obvios beneficios que eso tiene dan definitivamente a la transmisión una "sensación de cancha". El problema es el ámbito: todo eso se borronea al estar metido dentro de las cuatro paredes, la oscuridad y el clima de un cine. Al menos, por ahora, ese ambiente realista del campo no se traslada a la platea.

-Otro buen aspecto del 3D es que no se trata de la tridimensionalidad invasiva, de truquito lanzado al espectador, de efecto especial. La profundidad de campo está dada, como en "Avatar", otorgando profundidad a la imagen "para atrás". Apenas los carteles con el resultado, con los cambios y alineaciones se adelantan evidentemente en el campo visual. Eso, y los papelitos lanzados en la entrega de la Copa (ver foto), que pareció pensado para ser llevado al 3D y que hizo que varios niños en la sala levantaran los brazos tratando de agarrarlos...

-Hay algo del hábito de estar en el cine que hace que, como espectador, te cueste pensar que lo que estás viendo está sucediendo en ese preciso momento. Al no tener el estilo de la televisión (2D, relatores, el brillo típico de la imagen televisiva), cuesta no pensar que uno está viendo algo que se grabó anteriormente. Supongo que esto irá desapareciendo con la costumbre...

-A mí, que llevo vistas muchas pelis 3D, no me marea el sistema ni los anteojos. Algunas personas sí dijeron sentir mareos e incomodidades. Aviso.

-Por momentos, sentía que estaba viendo una película de arte de planos largos, sin narración y con mucho sonido ambiente. Admito: para mí es una experiencia ideal. Los acostumbrados a la transmisión televisiva -o a las formas cada vez más videocliperas y/o televisivas del cine- notaban algo de distancia (emocional, no física) con lo proyectado. El relator entusiasmado (o no, en el caso de Fabbri y Nelson, por ejemplo), el constante cambio de planos, y la idea de "narración cinematográfica del partido" (combinar los planos para dar cuenta del partido de una manera específica sin dejar al espectador decidir por sí mismo) son elementos de enganche usuales para el espectador. Sin ellos --insisto, como en cierto cine arte--, muchos se sentían perdidos.

-Volviendo a la "narración" del partido. El plano general del partido permite una democracia de la visión que no ofrecen los abusadores de las cámaras exclusivas o del plano detalle. Ejemplo: si yo quiero demostrar que Messi no se pone las pilas, solo me basta insertar un par de planos con él cabizbajo y lo logro. Así, el director de cámaras arma el relato en lugar de uno. Varios jugadores tienen momentos de cabeza gacha: el dueño de la cámara exclusiva es el que sentencia a cual castigar.

-Creo que las cámaras exclusivas o los planos detalles deberían usarse lo mínimo indispensable durante los partidos (hay momentos emocionales y futbolísticos que fueron valiosos de ser captados) y que es mejor guardarlos para los programas posteriores. Es interesante ver todo lo que hace Maradona durante el partido... pero después.

-El sonido de cada toque de pelota en la emisión en 3D es impecable y le agrega otro elemento de realidad. Un disparo, una atajada, una pelota que pega en un poste, hasta una caída. Suman muchísimo.

-Con todo, y aún con las mejoras técnicas que podrán llegar (yo no lo siento necesario, pero sin dudas una voz en el estadio relatando agregaría clima en el cine), y con el acostumbramiento que requiere de parte del espectador, no me parece imposible que, para el próximo Mundial, sino en la tele (algo bastante probable también), al menos en el cine, ver partidos en 3D sea una experiencia extraordinaria. Mi único temor: que aparezcan 20 cámaras exclusivas y se pierda ese "momento" del plano secuencia. Y que los partidos los transmitan Fabbri y Nelson, claro, reiterando esa cantinela de "qué hicimos para merecer esto" una y otra vez, hasta la eternidad.

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