4.12.08

El nuevo Plan de Fomento y las discusiones de siempre

Quisiera tener la paciencia y la constancia de mi viejo amigo Diego Batlle para enumerar todos los detalles del Plan de Fomento, pero él muy bien lo hace en su sitio (leer aquí) y lo que es aún más asombroso es que lo logra hacer anotando en bordecitos de las páginas de las resoluciones con una letra que sólo él entiende.

El se ha tomado el trabajo de ir al grano, detalle por detalle (en realidad hay muchos más, pero son casi imposibles de explicar e interminables), y yo lo que hice aquí (Clarín) fue más bien una explicación sencilla para un lector --como el del diario-- al que probablemente poco le interesen los detalles de subsidios y créditos del INCAA para producir cine argentino. De hecho, mientras lo escribía, pensaba que cualquier lector no del todo conocedor del tema --y que no sabe que casi todo el dinero del que se habla aquí surge de un porcentaje (el 25%) de lo que el COMFER recauda de la televisión-- puede tener la sensación de que le están metiendo la mano en el bolsillo para hacer películas cuando, más allá del ínfimo impuesto a la entrada de cine y al alquiler de videos, no es éste el caso.

Será el turno de ir entonces a analizar cuál es el verdadero sentido de estas disposiciones. Por un lado, es cierto lo que todos dicen: los precios para hacer una película han subido, lo cual requería un "sinceramiento" de números oficiales. Uno podría contrarrestar esto con los 30 mil dólares que costó "Historias extraordinarias", pero es cierto que es una película hecha fuera del sistema de producción oficial y de los marcos salariales básicos de los sindicatos, etc, etc, etc.

Esa suba del tope del costo promedio puede o no discutirse, pero lo que resulta bastante más arduo de entender es porqué para acceder a la llamada "Primera Vía" --la que permite acceder a un subsidio más alto-- los únicos capacitados sean directores y/o productoras con cinco o más películas hechas. Da la sensación de formarse allí una especie de VIP --o Business Class-- a la que sólo unos pocos privilegiados pueden acceder.

El Plan no dice cinco "buenas" películas ni cinco "exitosas" películas. No, son sólo cinco. Esto es: puede Javier Torre y no Lisandro Alonso, por ejemplo. Puede Eliseo Subiela y no Lucrecia Martel, siempre y cuando no se asocie a una productora que sí tenga más de cinco películas. Una suerte de casta exclusiva que no entiendo muy bien porqué se forma. Bah, si entiendo...

Luego viene la Segunda Vía: menos requisitos, menos exigencias, menos plata. Supuestamente, se podrá acceder con una sola película, pero habrá que ver qué sucede con los comités, que son los que tienen que coincidir en sus méritos para aprobarle "la entrada". De vuelta, esta vía (lean en detalle las cifras en otroscines) es más riesgosa en términos de inversión que la primera: la otra tiene subsidios que cubren hasta el 65% del gasto, ésta hasta el 50%, cuando se entiende que los que aquí entran tienen necesariamente que asumir más riesgos que las grandes compañías y tienen "espaldas menos anchas" para cubrirse de un fracaso.

Las vías digitales permiten hacer diez largos más de ficción y los concursos agregan cuatro operas primas y cuatro segundas películas. Los topes aquí son de 400 mil pesos frente al millón y medio de la primera vía y el 1,150,000 de la segunda. Por este subsidio (en realidad se trata de "adquisición de derechos" ya que la Ley de Cine no permite entregar subsidios a películas no terminadas en 35mm.) pelearán los cientos de cineastas independientes y nóveles, ya que es la única forma --además de los concursos, claro-- de entrar en el sistema. Si la Primera Vía es el Business y la Segunda, la Clase Económica, esto viene a ser como viajar en el vagón de carga... Si me equivoco, me presto a que Juan Villegas --otro especialista en esta materia y un habitual posteador en este blog-- me lo explique mejor.

Reconozco que el sinceramiento de las cifras y el aumento del costo promedio es algo entendible (estamos hablando, en el mejor de los casos, de un millón de dólares, que es una cifra irrisoria en el mercado internacional), pero al mantener el INCAA un presupuesto igual o acaso menor para el Fondo de Fomento (por causa de la crisis económica) es evidente que el mismo dinero alcanzará para hacer menos películas. Y que cuando la Business Class se acabe con todo el catering, el resto de los pasajeros del vuelo comerán maníes con gasesosa.

Nadie niega la necesidad de regulaciones y controles para las empresas que hacen cine. De hecho, es elogiable que se ejerciten todo tipo de controles y requerimientos para los que quieren acceder a subsidios. Lo cual no quiere decir que, citando la vieja frase, "hecha la Ley, hecha la trampa". El problema con tanto requerimiento es que da la sensación de que participar en el sistema es algo para muy pocos. O bien, que hay que apelar a la ayuda "de los que están adentro" (las productoras con más de cinco películas) para poder participar. Y todos sabemos los problemas, riesgos y situaciones que esto muchas veces implica.

Otro tema de debate es el de modificar la Ley de Cine y los requerimientos --ya perimidos en esta era digital-- de que todo tenga que estar terminado en 35 mm. para poder recibir subsidios. Encarece, complica, limita, atora, achica a cineastas que saben que pueden llegar a filmar una película en MiniDV pero que su paso a 35mm. resulta una aventura insondable desde lo económico. El formato digital, en poco tiempo, podrá tener una calidad igual o superior al fílmico, pero da la impresión de que abrir las puertas a filmes terminados en ese formato sería, otra vez, dejar entrar a demasiada gente a comer de la misma torta.

Nunca presenté un proyecto de nada al INCAA ni me interesa hacerlo. Pero imprimí los veinte documentos que me enviaron por email, que totalizaban más de cien páginas de material, y les aseguro que si yo tengo 25 años y recién salgo de una escuela de cine, a la quinta página cierro la carpeta y me dedico a la literatura.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido en todo lo que decís.
A favor del plan, diría que se trata de la primera vez que se hace un plan global, pensado varios meses, discutido con todos los sectores y que se ordena un poco el lío de resoluciones que se cotnradecían entre sí. Eso es valorable.
Lo que no está bien es el espíritu del plan. Me preocupa que el modelo de producción sea el cine español. Nadie lo dijo, pero a veces me paree que esa es la idea. Yo vengo de España, de Gijón, y noté como nos envidian a nosotros, como envidian esa posibilidad que sobrevive acá de hacer películas con un alto grado de calidad técnica, con costos relatívamente bajos y con mucha libertad estética y narrativa. Sin embargo, ese modelo no interesa acá.
El otro tema es el de los comités, es cierto. Lamentablemente, no son los comités soñados. Cuando sea oficial, los mando.
Creo que la discusión está entre los que creen que es importante fomentar y apoyar la consolidación desde el Estado de un cine industrial fuerte y los que creemos que eso debe darse por añadidura, a través de buenas películas. No tengo miedo de que me acusen por neoliberal por decir esto. No lo soy. Yo puedo acusarlos a ellos de populistas o de fomentar el "capitalismo subsidiado".

Anónimo dijo...

Las peliculas con costos relativamente bajos son a costa (valga la redundancia) del laburo de un montón de gente a través del "Cooperativismo made in Argentina", o la "Perinola del nuevo cine argentino", donde "todos ponen" y nadie jamás reparte, y el director-productor-genio acumula millas aéreas recorriendo festivales.

Johanna Maggie

Anónimo dijo...

Aquí una pequeña reseña de los nuevos integrantes de comités (A, B y películas terminadas). ¿Alguien puede completar los antecedentes de estos señores?. Se cambia algo para que todo siga igual.
Juan Pablo Gugliotta. Productor sin película estrenada en Argentina, protegido de Luis Barone. Ganador del fondo BA que no amplio su película.
Nestor Sanchez Sotelo. Productor de la bochornosa “Testigos ocultos” del 2000
Cristina Aguero. Productora de “Policía corrupto”. Sin palabras. Dueña de una asociación fantasma.
Luis Barone. Productor de por lo menos 4 películas sin estrenar con subsidios cobrados, uno de los históricos en comités de créditos, que siempre se da a si mismo.
H. Castro Fau. El abogado inventor de las coproducciones minoritarias. Eterno en comités.
Javier. Torre. Bochornoso director eternizado en los asientos de comités, representante de una asociación de tres personas. Un especialista en sacar créditos y quedar deudor. Otro becado en comités.
Alejandro Israel. Empleado de Luis Barone. ¿Es director? Porque productor no es. .
Isidro Miguel ¿Quién es? ¿Qué hizo? ¿Por qué asociación va? ¿Tiene algun tipo de antecedente más que sentarse en comités?
Jaime Lozano. Bochornoso. Dos amigos y un ladrón. ¿Qué puede juzgar este señor?
Pablo Cesar. ¿En que asociación esta?¿A quien representa?

Ricardo Wullicher por DAC. Eterno del comité de crédito anterior.
Miguel Mato. Otro que va de un comité a otro.
Fernando Musante. Por actores, repite en el comité.
Ana. Aizenberg. Productora del palo de la tele.
Alejandro Cacetta. ¿Productor del palo de la tele?
Cesar D'Angiloillo. Director por DAC. Repite por DAC
Lucia Puenzo Directora por PCI.
Daniel Valenzuela. Por Actores
Fernando Musante. Por actores, repite en el comité.
Diego Lerman. Por PCI supongo

Anónimo dijo...

Alejandro Israel no es empleado de Barone sino de Marcelo Shapces, lo que es igual o peor.
Lo de Cristina Aguero ya es surrealista.
Juan Pablo Gugliotta es el hermano de Sandra, mujer de Shapces.
¡Què podemos decir de Luis Barone! Ex marido de Mazure.
Aclaro que Isidro Miguel es un viejo productor (Cronica de un niño solo, Piedra Libre, Un lugar en el mundo, Donde estás amor de mi vida... etc.etc.) Sin objeciones
Jaime Lozano fue secretario general de SICA, no creo que si su pelicula es linda o fea, lo inhabilita, la hizo, la estrenó, y hasta donde yo sé no cagó a nadie.
¿Podés aclarar para que vía es cada uno?
Johanna Maggie

Peacock dijo...

No soy un especialista en nombres y problemas legales de cada uno de los nombrados para los comités. Puedo sí decir que hay algunos que me sorprenden (por no decir que me asustan), pero siempre refiriéndome más a criterios estéticos que a si deben o no plata al INCAA, o a sus compromisos políticos, etc. etc.

En ese sentido, puedo agregar que Juan Pablo Gugliotta produjo las dos películas de Pablo Fendrik ("El asaltante" y "La sangre brota"), que si bien no se estrenaron aún son de lo mejorcito que se hicieron los últimos años. Que a Alejandro Israel lo conozco también, relacionado a películas interesantes (creo que las de Inés de Oliveira Cézar). Y Sandra Gugliotta no es la mujer de Shapces, sino la de Victor Cruz, director/productor que acaba de terminar un largo.

En el balance entre nombres que me hacen temblar (no hace falta que los nombre, se los pueden imaginar), otros que desconozco y algunos dignos de mi confianza (repito, ¡estética y no financiera!), me parece que el asunto se inclina para el lado más temido.